miércoles, 23 de octubre de 2013

VIAJE A LONDRES, ULTIMO DIA Y VUELTA A CASA

Martes 22/10/2013. Ultimo día en Londres. Después de desayunar preparé mi valija y la dejé en la recepción del hotel, porque el checkout es a las 10.30. Me fui hasta Victoria Station, tomé el subte y bajé en Oxford Circus. 


Caminé unas cuadras por ahí hasta llegar a The Wallace Collection, un palacio del siglo XIX donde ví cuadros, muebles, objetos y armaduras.








Lo más lindo era el edificio. El gran patio interior está techado y allí hay un restaurante.



El palacio está frente a una plaza enrejada como todas las plazas de Londres.
Al salir caminé hasta Baker Street. Ahí en el número 221B está el Museo de Sherlock Holmes. 



En la puerta un empleado disfrazado de policia de la época. A los que querían sacarse fotos con él les prestaba la gorra, el sombrero hongo, la pipa o la lupa.


La casa es pequeñita y tiene tres pisos. Está el dormitorio de Sherlock Holmes y su escritorio, el cuarto de Mr. Watson y el del ama de llaves.


El baño es muy original:


En el último piso, muñecos de cera de los personajes de los casos resueltos por el detective tan famoso.



Volví al hotel porque a las 17,30 me venía a buscar el bus para llevarme al aeropuerto. Sólo éramos tres: una pareja australiana de Melbourne que tenía veintidós horas de vuelo por delante y yo. Pasamos por Harrods iluminado.
Tardamos una hora en llegar a Heathrow, que es inmensamente grande. Cuando llegué a Londres fui directamente al subte y no me había dado cuenta lo inmenso que es. Hay baños para hombres y para mujeres, pero también para familias, para amamantar bebés y para cambiarlos.
Siempre que viajo llevo en un sobre de plástico muchos cables y adaptadores, para cargar el celular, la cámara de fotos y la netbook. Cuando pasé el scanner me pidieron que abriera mi bolso de mano y revisaron uno por uno con una máquina todos los cables y adaptadores. 
A las 22,30 salió el avión para San Pablo, fueron doce horas y media de vuelo. De San Pablo salió el otro avión a las 8,30 hora local y a las 10,30 estaba en Buenos Aires. Fue un hermoso viaje, y creo que Londres merece otra visita.

  

lunes, 21 de octubre de 2013

VIAJE A LONDRES, OCTAVO DIA - GREENWICH, LONGITUD CERO

Lunes 21/10/2013. Hoy decidí ir a Greenwich en barco. Llovía cuando salí hacia Victoria Station para tomar el subte a Westminster, los barcos a Greenwich salen de ese muelle.
El viaje duró unos 45 minutos, y siguió lloviendo gran parte de ese tiempo, pero cuando llegué a Greenwich ya no llovía. 


 Bajando del muelle hay un centro de interpretación donde me dieron un mapa y me explicaron cómo llegar al Observatorio.



Está sobre una colina y para llegar hay que atravesar un parque muy bonito. 




Desde allí arriba se ve la City a lo lejos.


En el Observatorio ví las habitaciones de los astrónomos que vivieron allí, relojes de todas las épocas, y explicaciones acerca de porqué era tan importante para los ingleses establecer la longitud: navegaban por todo el mundo y necesitaban ubicarse en el mar. Necesitaban un punto de referencia y el meridiano de Greenwich cumple esa función. También me resultó muy interesante la relación entre la longitud y la hora, cada quince grados de longitud pasa una hora, y por eso Buenos Aires está a 58 grados de longitud oeste desde Greenwich y allí son cuatro horas menos.




Estos son mis pies, uno en cada hemisferio, y allí figura la longitud de Buenos Aires. Por el patio del observatorio pasa la línea que marca la longitud cero.



En el camino de vuelta estaba el Museo Marítimo, y entré. Precioso museo, con barcos y mascarones de proa (en inglés, figureheads, hoy aprendí esta palabra)




En la puerta del museo, una replica del barco del Almirante Nelson dentro de una botella:


En el primer piso, en el suelo, un planisferio gigante. 


Allí también había un bar, donde comí un quiche lorraine y una tarteleta de limón exquisitos.


Salí del Museo Marítimo y al lado estaba la Casa de la Reina, que es parte de un palacio que había en Greenwich y ahora es una galería de arte. Un edificio clásico con una preciosa escalera. Hay un cuadro de los moais de la Isla de Pascua.




Volví al muelle a tomar el barco de vuelta a Westminster.


Pasamos por este hermoso edificio sobre el Támesis que creo que es la Bibioteca Nacional, pero no estoy segura.



Tomé otra vez el subte hasta la tienda Gap para comprar otro buzo para mi hijo Gareth y volví al hotel. Hoy fue un día mucho más descansado, aunque tuve que subir la colina en Greenwich y atravesar el parque.

Cuando llegué otra vez a Victoria Station eran casi las seis de la tarde. Me compré en Sainsbury un sándwich de jamón con mostaza (muy buena combinación que no se me hubiera ocurrido), una botellita de vino y un brownie, para no tener que volver.

domingo, 20 de octubre de 2013

VIAJE A LONDRES, SEPTIMO DIA - COVENT GARDEN, HARRODS

Domingo 20/10/2013. Hoy me desperté más tarde, decidí tomarme más tiempo para no agotarme tanto.
Salí a las 10 de la mañana, fui hasta Victoria y tomé el subte para ir a Camden Town, donde hay otro mercado. Pero resultó que la línea del norte, donde tenía que hacer el transbordo, no funcionaba este fin de semana. Había carteles que explicaban donde tomar los ómnibus que reemplazaban al subte, pero era muy complicado para mi y decidí cambiar de ruta. Allí mismo había otro cartel que decía que Covent Garden estaba muy cerca a pie y fui allí.
Covent Garden era un antiguo mercado de verduras y ahora hay puestos de artesanía, textiles y regalos. Una mutitud paseaba por allí.






Sobre la plaza de Covent Garden está la Royal Opera House y negocios de ropa muy pero muy linda, incluso para mí que no soy loca por las pilchas.



Entré a curiosear a un negocio que se llama East y me compré un blazer de lana muy finita color violeta. También compré monedas de chocolate en un supermercado donde también entré a curiosear.
Aquí también había artistas callejeros:


De allí volví a tomar el subte hasta la estación Knightsbridge porque quería ver Harrods.
Es abrumador el tamaño y la cantidad de cosas diferentes que venden. Hasta burkas!!! Además hay restaurantes y casas de te. En la pizzería, el pizzero cantaba canzonettas napolitanas mientras amasaba.


Además de ascensores, hay escaleras mecánicas, que estaban indicadas como “egyptian stairs”. Me pregunté qué tenían que ver esas escaleras mecánicas con Egipto, hasta que miré el cielorraso, y allí había imágenes egipcias, y en uno de los pisos una gran escultura de un faraón. Sobre esas escaleras había balcones, y en uno de ellos una soprano cantaba.
Miré muebles, carteras, valijas. Sillones blancos como para que se sienten veinte personas, mesas gigantes, valijas como para viajar un año, todo abrumador.
Salí de allí a Brompton Road y por casualidad encontré la tienda de Gap. Hace años que tenía una deuda de un buzo Gap con mi hijo Axel, así que entré y se lo compré.
Cuando salí de Gap llovía muy fuerte. Tenía dos bolsas y decidí volver al hotel. Tomé el subte, hice transbordo en South Kensington, que es una estación al aire libre, y volví a Victoria. 


Seguía lloviendo muy fuerte. Volvía al hotel por Saint Georges Drive y me di cuenta de que la bolsa de tela se había mojado y se estaba rompiendo, y estaba por perder mi precioso blazer violeta. Tiré la bolsa mojada y ahí me di cuenta que no tenía la bolsa azul con las monedas de chocolate, que había guardado con el blazer. Es una calle tranquila, y vi la bolsa azul en el piso a unos ciento cincuenta metros, así que volví a buscarla.
Llegué al hotel a descansar, me cambié las medias y las zapatillas mojadas y en un rato volví a salir para explorar el barrio. Ya no llovía. Siempre camino para el lado de Victoria, pero esta vez caminé para el lado contrario. Descubrí que este barrio no es Victoria sino Pimlico, ví la iglesia de San Gabriel, y decenas de casas todas exactamente iguales.






Llegué hasta el Támesis, que no está a más de 600 metros. 


En muchos lugares ví estos puestos de bicicletas, que no se como funcionan, pero son totalmente automáticos, supongo que la gente tiene una tarjeta o un código para destrabarlas.


Después me fui caminando hasta Victoria a comer popcorn al KFC.



Cuando volvía por Belgrave Road ya estaba anocheciendo. No sé qué es esta torre que uso de referencia, y no me había dado cuenta que de noche está iluminada.