martes, 11 de agosto de 2015

VIAJE A IRLANDA - ULTIMO DIA EN BELFAST Y VUELTA A BUENOS AIRES

Sábado 8/7/2015. Anoche por segunda vez logré comprar un día de conexión a Internet, pero recién pude conseguir que funcionara hoy. La señal no es excelente, pero pude subir las fotos al blog y leer los diarios. Con todo lo que pasa en Argentina me desespera estar desconectada.
Decidí tener un día light. Mañana a la mañana tengo que ir a la estación de ómnibus para tomar el que va directo al aeropuerto de Dublín, pero los domingos son complicados en Irlanda. El ómnibus 57 no funciona y quisiera conseguir un taxi, pero no estoy segura de poder lograrlo.
Me fui caminando a la estación de ómnibus para practicar el recorrido. Tardé media hora y pasé por una zona con la bandera de la República de Irlanda y los nombres de las calles en inglés y en irlandés. Si no consigo un taxi, iré caminando, y espero que no llueva.
Desde allí me fui al Mercado de San Jorge, un lugar muy agradable, y los sábados hay mucho movimiento, venden comida hecha y había un conjunto que tocaba música. Me compré un crepe exquisito. La chica que me hizo el crepe era colombiana.








Había muchos turistas, pero también gente que compraba carnes, pescados, frutas y verduras.



Volví a la estación de ómnibus, tomé un café y le saqué una foto a esta estatua que vi el día que llegué:


Después decidí volver al departamento. Compré algunos regalitos y pasé por el City Hall. Había una manifestación de no más de treinta personas con banderas británicas, y carteles diciendo que el Ulster está en buenas manos.



Tomé el ómnibus 57 y empezó a lloviznar, hacía dos días que no llovía.

Domingo 9/8/2015. Me desperté muy temprano, terminé de empacar, puse en el lavarropas sábanas y toallas, saqué la basura y salí, tenía temor de no conseguir un taxi y tener que caminar hasta la estación de ómnibus. Pero todo fue fácil. Al hombre de seguridad de la entrada le expliqué que quería un taxi pero no podía llamar de mi teléfono porque era extranjero. Inmediatamente llamó de su teléfono y en dos minutos estaba el taxi allí.
Tomé el expreso al Aeropuerto de Dublín a las 9,30 y tardó dos horas en llegar. Hice el check in en British Airways y comí lasagna con papas fritas, una combinación rara.


El vuelo a Londres tardó menos de una hora y allí tuve que esperar el otro vuelo a Buenos Aires, que salió a las 10,30 de la noche. Era un enorme avión, calculé unos 500 asientos. Un viaje muy tranquilo, dormí mucho, y a las 8 de la mañana estaba en Buenos Aires.

Este fue el itinerario de mi viaje:



sábado, 8 de agosto de 2015

VIAJE A IRLANDA - LA CALZADA DEL GIGANTE

Viernes 7/8/2015. Salí a las 8,45 y fui al centro en el ómnibus 57. Quería ir a la Calzada del Gigante pero no había podido reservar porque no tengo Internet. Sabía que los tours salían de la puerta del Hotel Europa, al lado de la estación de ómnibus, a las 10.
Le pregunté a un hombre que estaba en la puerta y me llevó a ver al vendedor.
La Calzada del Gigante me desilusionó, no sé si fue porque estoy ya muy cansada, o porque ésta excursión en particular fue muy agotadora. Salimos a las 9,50 y llegamos a la Calzada del Gigante a las cuatro de la tarde, más de seis horas después, por haber hecho cinco paradas previas.
A la ida tomó el camino costero hacia el norte (y yo me había sentado del lado equivocado, y el ómnibus iba lleno). Prácticamente todo el tiempo bordeamos el mar, y por momentos incluso se veía la costa de Escocia.


No entendía casi nada de lo que decía el guía/conductor, en parte porque no tenía buena dicción, pero además el audio del ómnibus no funcionaba bien. Yo no era la única que no le entendía, cada vez que bajábamos muchas personas le preguntaban  cosas que aparentemente ya había dicho.
La primera parada fue en Carrickfergus, al norte de Belfast, donde hay un castillo y un puerto (el soldado es de mentira).




La segunda fue en Carrickarade, donde hay un puente colgante de cuerdas de veinte metros, que usan (o usaban) los pescadores para atrapar salmones. No tenía la menor intención de cruzar el puente, sólo quería verlo, pero para eso había que pagar 5,90 libras y caminar veinte minutos, no estaba a la vista. Desistí de ver el puente y me fui a la cafetería a comer un sándwich.



La tercera fue en un restaurante, pero yo ya había comido el sándwich y no tenía más hambre. La gente comía tremendos platos de fish and chips.
La cuarta fue en una destilería de whisky para ver un bar del siglo XVII y ni entré.
La quinta fue en el Castillo de Dunlace al lado del mar.


Había un grupo de chicos españoles. Uno de ellos dijo: “Tío, que hace seis horas salimos de Belfast para ver esa bendita Calzada y todavía no hemos llegado”, y era tal cual.
Finalmente llegamos. Para ver las columnas de basalto hay que caminar 700 metros. Y yo esperaba que fueran más impresionantes de lo que en realidad son.



Mucha gente trepaba las piedras, pero yo sólo caminé por los senderos y volví.







Según mi guía son 37000 columnas hexagonales de basalto producidas por una erupción volcánica hace 60 millones de años. 
Según la mitología irlandesa, fue el gigante Fionn MacCumhaill quien puso las columnas para ir a ver a su novia que vivía en una de las islas Hébridas.
No hicimos el mismo camino de vuelta, sino que tomó una autopista, y llegamos a Belfast a las 7 de la tarde.
La mayoría de los negocios ya estaba cerrado y había muy poca gente en la calle, aunque era pleno día. El KFC cerca del City Hall estaba abierto, así que entré a comer los mediterranean bites otra vez para compensar tanto agotamiento.

Después me tomé el ómnibus 57 y volví al departamento. Por primera vez subí en el ascensor con otra persona.

VIAJE A IRLANDA - MAS BELFAST

Jueves 6/8/2015. A las 6,30 me despertó el ruido del basurero, debía estar llevándose los contenedores de la planta baja, no lo veía porque mis ventanas dan al otro lado.
Ya no llovía, y desde mi ventana se ven las montañas.


Salí a las 9, hoy era el último día de bus turístico pero el primero salía 9,45. Sin lluvia es diferente, aunque hacía mucho frío en la parte de arriba del bus.
Volví a ver el museo del Titanic, el castillo y los murales.









Cuando volvió a High Street faltaba una hora para que saliera el otro recorrido, así que me fui a tomar un café caliente para recuperarme del frío.
El recorrido negro va al barrio del Titanic y después toma una autopista y pasa por el aeropuerto. Hacía tanto frío que me tuve que pasar a la parte techada.
Volví a ver el Palacio de Stormont, imponente. En los dos recorridos me tocaron guías que hablaban claro, hoy tuve suerte.


Cuando terminó la vuelta fui al City Hall. Faltaba media hora para la siguiente visita guiada, hay varias por día.
Mientras tanto paseé por los jardines, hay uno dedicado a las 1500 víctimas del naufragio del Titanic con sus nombres.


En la entrada está la estatua de la Reina Victoria, que le dio a Belfast la categoría de ciudad en 1888.


Eramos muchos los interesados en la visita guiada. Es un palacio estilo clásico, y por fuera le falta una mano de pintura, pero por dentro es hermoso, mucho mármol y vitrales.






Nos sentamos en el salón de los consejeros y vimos la gran sala de banquetes.



Cuando terminó la visita fui a comer al KFC que está allí cerca. Hoy elegí popcorn y wrap de pollo.
Este es el aviso de los “mediterranean bites” que comí la última vez:


Caminé un poco y fui a ver de cerca la Torre del Reloj, que según mi guía tiene una inclinación de 1,25 metros respecto de la perpendicular, debido al terreno pantanoso. De cerca se nota que no es derecha.



Estaba muy cansada y había pasado mucho frío, así que tomé el 57 y volví a Crumlin Road.


VIAJE A IRLANDA - BELFAST

Miércoles 5/8/2015. Anoche escuché pasos en el piso de arriba, único indicio de que hay alguien más que yo en este enorme edificio.


A las 8 me desperté y desayuné. Fui caminando hasta la prisión que está a diez minutos hacia el centro porque Stephen me dijo que en la cafetería tenían wifi, y yo necesitaba cancelar la reserva de Dublín, hoy era el último día para cancelarla sin costo.


Lloviznaba. Hoy estuvo muy nublado o lloviznando todo el día, frío y con viento.
Tuve que esperar hasta las 10 que abriera, y me dijeron que el wifi no funcionaba. Seguí caminando hacia el centro hasta que encontré un lugar con wifi, tomé un café y cancelé la reserva.
Después seguí caminando hasta encontrar la parada del bus turístico, en High Street. Subí, y la guía que hablaba no era la de ayer, sino que le podía entender lo que decía.
De todas maneras me bajé cuando llegó a la prisión y volví al departamento, comí algo y dejé la tablet.
Estos son los palieres de Edenderry Lofts: siempre desiertos, la luz se enciende cuando entro. Le pregunté al hombre de seguridad de la entrada si era una fábrica reciclada, y me contó que era un molino harinero.


A la hora volví a la parada para tomar el siguiente bus: la guía era la misma de ayer, muy difícil entender lo que habla.


Pasamos por la Línea de la Paz, que separaba a las zonas de conflicto durante los disturbios entre protestantes y católicos.





En la zona protestante hay banderas británicas.


Cuando volvió a High Street pregunté por el otro recorrido, hay dos. El otro salía a las tres de la tarde de Chichester Street. Lo tomé, fuimos al puerto de Belfast y al Titanic Quarter, no paraba de llover.
Este es el Museo del Titanic, que se construyó en Belfast.


Llegamos a Stormont, que es el imponente edificio del parlamento, rodeado de impresionantes jardines. Llovía sin parar.





Vimos el Mercado de Saint George, la Torre del Reloj y la Opera.





Cuando terminó el recorrido en Chichester Street vi el 57, que para allí mismo, y me volví al departamento. Llovió fuerte hasta que me dormí.