Jueves 1/2/2018. Desayunamos a las 7 y después fuimos a pasear por la Estación Kyoto que está cruzando la calle, pero sólo estaban abiertos los negocios de comida.
Así se veía desde mi ventana la estación Kyoto, los trenes bala pasaban permanentemente.
En todos los restaurantes japoneses se promocionan los platos con similares hechos de plástico en las vidrieras. Son tan perfectos que parecen de verdad..
Este era nuestro hotel en Kyoto, frente a la estación Shinagawa, enorme.
A las 10,30 nos vino a buscar un guía para cruzarnos la calle y ayudarnos a tomar el tren bala a Tokyo.
Era un japonés que había estado en Argentina en agosto de 1982 y decía que nevaba en Buenos Aires cuando él estuvo, se ve que se confundía de ciudad.
Nos llevó hasta el andén. El tren no salía de allí, sino que paraba dos minutos. Subimos, salió de la estación a las 12,35, paró en Nagoya y en Shin-Yokohama, y llegó a Shinagawa, que era la estacion anterior a Tokyo y donde debíamos bajarnos, a las 13,46. Hay 500 km entre ambas ciudades. Se me taparon los oídos como en el AVE de España, cosa que no me pasó en el tren bala chino de Beijing a Xian.
En Shinagawa nos estaba esperando Jessica, que es andaluza y vive en Japón hace 9 años. Otra vez cruzamos la calle para ir a nuestro hotel, que se llama Shinagawa Prince y es una enormidad de 3560 habitaciones. Hicimos el check in y descansamos un rato. Desde mi ventana se veía la piscina.
A las 5 de la tarde nos encontramos otra vez con Jessica en el lobby. Cruzamos la calle y fuimos a la estación Shinagawa. Alli tomamos el tren Yamanote que tiene recorrido circular, y bajamos en Shinjuku, que es la estación más grande de Tokyo. Fuimos caminando al Ayuntamiento y subimos al mirador del piso 46.
Este es el Ayuntamiento. Llovía.
Así se veía Tokyo desde el piso 46:
Lloviznaba, y estaba anunciado que a la noche iba a nevar. Caminamos por el centro, pasamos por un callejón con bares pequeñitos de no más de seis o siete comensales y llegamos al restaurante. Comimos diferentes tipos de carne cocida en un caldo, y también había arroz, vegetales y salsas.
Le saqué una foto al mapa de las estaciones del tren circular Yamanote, que me fue muy útil en los días siguientes:
Volvimos al hotel en el mismo tren Yamanote y bajamos en la estación Shinagawa. Seguía lloviznando.
Así se veía desde mi ventana la estación Kyoto, los trenes bala pasaban permanentemente.
En todos los restaurantes japoneses se promocionan los platos con similares hechos de plástico en las vidrieras. Son tan perfectos que parecen de verdad..
Este era nuestro hotel en Kyoto, frente a la estación Shinagawa, enorme.
A las 10,30 nos vino a buscar un guía para cruzarnos la calle y ayudarnos a tomar el tren bala a Tokyo.
Era un japonés que había estado en Argentina en agosto de 1982 y decía que nevaba en Buenos Aires cuando él estuvo, se ve que se confundía de ciudad.
En Shinagawa nos estaba esperando Jessica, que es andaluza y vive en Japón hace 9 años. Otra vez cruzamos la calle para ir a nuestro hotel, que se llama Shinagawa Prince y es una enormidad de 3560 habitaciones. Hicimos el check in y descansamos un rato. Desde mi ventana se veía la piscina.
Así se veía Tokyo desde el piso 46:
Lloviznaba, y estaba anunciado que a la noche iba a nevar. Caminamos por el centro, pasamos por un callejón con bares pequeñitos de no más de seis o siete comensales y llegamos al restaurante. Comimos diferentes tipos de carne cocida en un caldo, y también había arroz, vegetales y salsas.
Le saqué una foto al mapa de las estaciones del tren circular Yamanote, que me fue muy útil en los días siguientes:
Volvimos al hotel en el mismo tren Yamanote y bajamos en la estación Shinagawa. Seguía lloviznando.
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