Lunes 16/7/2018. A las 7 estábamos desayunando. El trámite fue bastante desorganizado, somos un grupo de 53 personas y son demasiadas. La comida era buena, aunque me costó conseguir café caliente.
Fuimos al centro de la ciudad y nos encontramos con la guía local, que nos hizo subir cuestas y correr tontamente por Zagreb sin explicar nada interesante.
Esta es la catedral.
Y ésta es la plaza que está enfrente.
Esta es una calle cercana. Por todos lados hay croatas con camisetas rojas y blancas cuadriculada, como su bandera. Acá también confunden a la patria con el fútbol.
Y ésta es otra iglesia que tiene la bandera croata pintada en el techo.
Este es un pequeño funicular.
Caminamos por una gran avenida por donde pasaban los tranvías.
Llegamos a una gran Plaza con mucha gente festejando que eran subcampeones de fútbol. A esta estatua le habían colgado una gran bandera cuadriculada y había parlantes y clima de fiesta.
La visita terminó, hacia calor y yo tenia mucha sed. Nos sentamos en un bar a tomar algo. La moneda de Croacia no es el euro sino la kuna, que no tenemos aún, y hubo que preguntar antes si aceptaban euros. Sí los aceptaban, pero billetes y no monedas, y si tenían que dar vuelto lo daban en Kuna. Tomé una coca cola que me reanimo.
De allí nos fuimos a Eslovenia. Cruzar la frontera requirió una media hora, había filas de autos, camiones y ómnibus para cruzar.
Eslovenia es muy verde, su principal actividad es la agricultura y se ven cultivos y muchos árboles.
Antes de visitar Ljubljana fuimos a un restaurant a comer. Este itinerario tiene incluidos almuerzos y cenas. Había una sopa de verduras que por supuesto no comí porque odio la sopa, y después pollo grillado con una albóndiga de papas y zanahorias.
De postre otra albóndiga tipo pudding con frutos rojos.
De ahí fuimos al centro y nos encontramos con la guía local de Ljubljana que, para compensar, era excelente. Y la ciudad es hermosisima, con reminiscencias del Imperio austro húngaro, edificios art nouveau y el río Ljublianica, sobre el cual hay construidos 37 puentes.
Esta es la Universidad de Ljubljana.
Con la guía cruzamos varios puentes, vimos iglesias y el gran mercado, y terminamos en el ayuntamiento.
Después subimos a un barco de madera que nos llevó a pasear 45 minutos por el rio.
Fuimos al centro de la ciudad y nos encontramos con la guía local, que nos hizo subir cuestas y correr tontamente por Zagreb sin explicar nada interesante.
Esta es la catedral.
Y ésta es la plaza que está enfrente.
Esta es una calle cercana. Por todos lados hay croatas con camisetas rojas y blancas cuadriculada, como su bandera. Acá también confunden a la patria con el fútbol.
Esta es la única puerta que queda en pie de las originales de la ciudad.
Y ésta es otra iglesia que tiene la bandera croata pintada en el techo.
Este es un pequeño funicular.
Caminamos por una gran avenida por donde pasaban los tranvías.
Llegamos a una gran Plaza con mucha gente festejando que eran subcampeones de fútbol. A esta estatua le habían colgado una gran bandera cuadriculada y había parlantes y clima de fiesta.
La visita terminó, hacia calor y yo tenia mucha sed. Nos sentamos en un bar a tomar algo. La moneda de Croacia no es el euro sino la kuna, que no tenemos aún, y hubo que preguntar antes si aceptaban euros. Sí los aceptaban, pero billetes y no monedas, y si tenían que dar vuelto lo daban en Kuna. Tomé una coca cola que me reanimo.
De allí nos fuimos a Eslovenia. Cruzar la frontera requirió una media hora, había filas de autos, camiones y ómnibus para cruzar.
Eslovenia es muy verde, su principal actividad es la agricultura y se ven cultivos y muchos árboles.
Antes de visitar Ljubljana fuimos a un restaurant a comer. Este itinerario tiene incluidos almuerzos y cenas. Había una sopa de verduras que por supuesto no comí porque odio la sopa, y después pollo grillado con una albóndiga de papas y zanahorias.
De postre otra albóndiga tipo pudding con frutos rojos.
De ahí fuimos al centro y nos encontramos con la guía local de Ljubljana que, para compensar, era excelente. Y la ciudad es hermosisima, con reminiscencias del Imperio austro húngaro, edificios art nouveau y el río Ljublianica, sobre el cual hay construidos 37 puentes.
Esta es la Universidad de Ljubljana.
Con la guía cruzamos varios puentes, vimos iglesias y el gran mercado, y terminamos en el ayuntamiento.
Después subimos a un barco de madera que nos llevó a pasear 45 minutos por el rio.
A las seis de la tarde nos encontramos con el resto del grupo y fuimos al hotel, que estaba bastante cerca. Esta noche decidí no comer, es excesiva la cantidad de comida y no es necesario comer tanto con este clima, me hace sentir pesada.
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