domingo, 6 de diciembre de 2020

VIAJE A BRASILIA - ULTIMO DIA EN BRASILIA Y VUELTA A BA

 Domingo 29/11/2020. Siempre me gusta curiosear los supermercados, para saber qué compra la gente en otros países, así que me fui al Carrefour que el otro día no encontré. Esta a 25 minutos caminando del hotel y es bastante grande. Además de curiosear quería comprar polvilho, fecula de mandioca molida muy fina, que es el ingrediente principal para hacer el pan de queso que es tan delicioso, y que en Argentina no existe. 

Además del polvilho encontré yogur griego de varios sabores, que me encanta, pero en Argentina tampoco hay, ignoro la razón. Como el yogur griego no puedo llevarlo compré uno y lo comí cuando volví al hotel.



Domingo a la mañana, no había nadie en la calle.



Volví al hotel,  comi el yogur griego y dejé las compras,  y volví a salir. Ya estoy mucho mejor de las quemaduras. Crucé la plaza donde está la Torre y la fuente y pasé al lado sur.

Alli hay otro enorme Shopping,  que se llama Patio Brasil, y para ese mismo lado el santuario Don Bosco, que quería ver.

Entré en el shopping y comi en el KFC.





Después seguí caminando por esa misma avenida, que se llama W3Sul, hasta que encontré esa tremenda iglesia.








Impresionante la cantidad de pequeños cristales de distintos tonos de azul. Ahora leí en Wikipedia que es de estilo neogótico y que fue terminada en 1970.

Di por terminada mi visita a Brasilia y me fui a dormir temprano porque el lunes a las 7 de la mañana debía tomar el avión a San Pablo.

Lunes 30/11/2020. Tomé un taxi y a las 7 de la mañana estaba en el aeropuerto. La empleada que me hizo el check in me dijo que necesitaba un test de COVID negativo para entrar a Argentina.Yo sabía que no era así porque había hecho la declaración jurada para Migraciones. Llamó a otro empleado de LATAM y entre los dos se esforzaban por entender las normas argentinas. Finalmente llegaron a la conclusión de que no era necesario el test.
En menos de dos horas llegamos a San Pablo. Allí tenía que esperar hasta las 13.45 que salía el vuelo a Buenos Aires.
Estaba muy nublado y llovía.



El avión salió puntual. Después de 15 minutos de vuelo se escuchó un ruido muy fuerte que parecía granizo. No había terminado de subir todavía. No pasaron ni cinco minutos y el comandante habló y dijo que tenía problemas técnicos y que teníamos que regresar a San Pablo. En otros 15 minutos estábamos otra vez en el aeropuerto. Durante una hora y media estuvimos dentro del avión y nadie explicaba nada.
Después dijeron que estaban esperando otro avión que estaba por aterrizar, pero finalmente no fue así, bajamos y dijeron que nos iban a llevar a un hotel y que el vuelo saldría al día siguiente.
Hubo que hacer otra fila para subir al ómnibus que nos llevó al Hotel Slaviero (de los esclavos?) que está a 11 km del aeropuerto, y otra fila para hacer el check in en el hotel, porque sólo un empleado atendía. Antes de bajar del ómnibus dijeron que al día siguiente íbamos a tomar un vuelo a las 8,15 y que el ómnibus pasaba a buscarnos 4.30.
Decían que el granizo había dañado el parabrisas del avión y que por eso tuvo que volver.
El Hotel es enorme y tiene 28 pisos, mi habitación estaba en el piso 18.



Recibí un mail de LATAM donde me decía que mi vuelo a BA iba a salir el martes 1º/12 a las 17.40.
Bajé al restaurante a comer y cuando volví recibí otro mail de LATAM donde decía que iba a tomar el vuelo 8.15.
Puse tres alarmas a las 3.30, 3.35 y 3.40 y me fui a dormir.
A las 4.30 éramos muchos en la puerta pero el ómnibus de LATAM nunca llegó. Algunas personas tomaron un Uber y los demás tomamos el bus del hotel, que tiene servicio al aeropuerto cada hora. En el mostrador de LATAM resultó que no había ningún vuelo a BA a las 8,15, sino a las 17,40.
Con otras tres personas volvimos al hotel en un Uber, desayuné y me fui a dormir. 
Esto se veía desde mi ventana de día.



Me llamaron por teléfono para decirme que a la una de la tarde estuviera lista para ir al aeropuerto. Otra vez había tormenta, pero ya había pasado cuando finalmente nos subimos al avión.



Esta vez no hubo inconvenientes y llegamos a BA sin novedades. Media hora antes de aterrizar repartieron un formulario que era una declaración jurada para el Ministerio de Salud argentino. Cuando pasé Migraciones en Ezeiza pregunté si tenía que entregarla y me dijeron que ahí no. Nadie me la pidió. De vuelta en casa.
 

domingo, 29 de noviembre de 2020

VIAJE A BRASILIA - EL MUSEO NACIONAL Y LA FERIA ARTESANAL

 Sábado 28/11/2020. Dormí con el aire acondicionado prendido aunque no hacia mucho calor porque me ardian la cara, los brazos y los pies. Tanto caminar al sol con un clima tan agradable me destruyó la piel. Salí con camisa de mangas largas y paraguas para usar como sombrilla.

Así protegida caminé hasta el Museo Nacional que está pasando la Rodoviaria.

Es un museo de arte y tiene rampa como los Guggenheim. Todos son artistas brasileños y es gratuito.













Volviendo al hotel descubrí que al lado de la Rodoviaria hay otro Shopping,  muchísimo más grande que el Brasilia. Entré para protegerme del sol y comi en el patio de comidas. En los shoppings de Brasil no hay supermercado. En este que visité hoy, que tiene el extraño nombre de Conjunto Nacional, había mucha gente comprado electrodomésticos.  

Volví al hotel a descansar y tomé un ibupirac porque me dolían los brazos quemados. Más tarde volví a la feria artesanal a curiosear, había fila para subir a la Torre.

Desde mi balcón se ve el Brasilia Shopping iluminado, y también un edificio que está detrás de la Torre.





VIAJE A BRASILIA - EL MEMORIAL JK, LA PLAZA DE LOS TRES PODEREA, LA TORRE DE TV

 Viernes 27/11/2020. Desayune en el Brasilia Shopping pan de queso, café y ensalada de frutas,  exquisito y carisimo. 

La Torre de la Televisión otra vez cerrada. Después caminé hacia el noroeste,  como debía hacer ayer. Lo primero que encontré fue una enorme feria artesanal, con muy pocos puestos abiertos. 


 Seguí caminando y llegué a un edificio que pensé que era el Memorial JK, adonde iba, pero era el Planetario. Entré,  pero no me pareció muy interesante, algunas fotos muy bonitas del universo y nada más. 




A esa altura está el Estadio Mane Garrincha que veo desde mi balcón. Casi nadie caminando por los senderos.




Después encontré el Palacio de Buriti, que es la Municipalidad del Distrito Federal. Buriti es el nombre de la palmera solitaria que está en el medio de la plaza de enfrente



Y por fin llegué al Mausoleo,  construido en homenaje al presidente Juscelino Kubitchet,  en cuyo mandato se construyó Brasilia en el increíble lapso de cuatro años. 


Kubitchet era médico urologo y había hecho una carrera política  antes de ser presidente. Era un desarrollista y apostaba por el progreso. En el memorial pasan videos y hay fotos de él y de su familia y objetos que le pertenecieron. De origen gitano y familia muy pobre, recién a los doce años tuvo su primer par de zapatos.  Su madre era maestra y lo animó a estudiar.


Se entra por una escalera hacia abajo, igual que a la catedral.


Aquí está Kubitchet. Cuando anunció la construcción de Brasilia 30000 personas llegaron para trabajar allí,  la mayoría del nordeste.



Los estanques son muy comunes en la ciudad. Después de inaugurada en 1960, siguieron construyendo edificios. La Catedral es de 1970. Para financiar semejante obra, Kubitchet eximio de impuestos a las inversiones extranjeras y emitió bonos de deuda.
En el Memorial todos son elogios para él, pero sus biografías añaden que luego de terminar su mandato se exilió, y al volver al país años más tarde murió en un accidente de tránsito en la carretera que une San Pablo con Río de Janeiro, y algunas teorías conspirativas suponen que fue asesinado. Tanto el famoso puente como el aeropuerto de Brasilia llevan su nombre.


Desde allí tomé un ómnibus que me llevó a la Plaza de los Tres Poderes.


Detrás del Parlamento, hay una enorme Plaza seca en la cual está el Palacio de Planalto, que es la Casa de Gobierno. 


También está este monumento, que se llama "Os Candangos", que era el nombre por el cual se conocía a los que habían llegado para trabajar en la construcción de la ciudad.



Hacia el sur debería haber encontrado el Palacio de la Alborada, que es la residencia del presidente de la República,  pero no lo vi. Como sabía que el lago estaba muy próximo,  y el famoso puente también,  tomé un ómnibus para ese lado.  Pasó por el puente, y pensé en bajarme, pero no habia nada por los alrededores y desistí.  Me bajé un poco más lejos y volví a pasar por el puente, pero no lo vi entero.
En mi cuarto del hotel hay un croquis en la pared.


Me volví al hotel y fui a la Torre, que por fin encontré abierta, y subí.  Tiene 75 metros de altura, y desde allí se ve el eje monumental y el plano piloto, con todos los ministerios alineados y al fondo el Parlamento.



Tanta suerte tuve que allí arriba se veía el arco iris.