Sábado 24/3/2018. Mi vuelo a San Pablo se retrasó porque el avión no llegaba. Finalmente llegó y salimos una hora tarde.
A las 12,30 salió el vuelo a Malta, y tardó 2,45 horas. En Malta es una hora más que en Londres. Hace rato que estoy leyendo sobre este país y conozco el contorno de las tres islas principales, Malta, Gozo y Comino. Se veían perfectas desde el aire, pero el avión pasó de largo y dio la vuelta para entrar desde el sur.
En el aeropuerto me sellaron el pasaporte, y tomé un taxi que me dejó en mi casita en Malta, en la calle San Nicolás. La ciudad es toda de color ocre y antiquísima. Tuve problemas para abrir la puerta, pero finalmente lo logré. Fui a comprar provisiones a un mercadito que encontré en la otra cuadra, pero no hay muchos negocios en la zona. Desde la esquina se ve el mar.
De todas maneras, yo tenía que esperar tres horas en San Pablo así que no era grave. Pero había gente que tenía conexiones más ajustadas, y la fila de los escaneres allá era muy lenta.
El vuelo a Londres salió puntual a la medianoche.
Domingo 25/3/2018. Este viaje fue muy agradable. La comida era muy buena, no hubo nada de turbulencia y me divertí viendo la película argentina "Mamá se fue de viaje" y capítulos de "The Big Bang Theory". Fueron once horas. Lástima que después estuvimos más de media hora en la pista de Heathrow sin bajar (ni idea porqué) y más de una hora en la fila de Migraciones.
Recién a las cinco de la tarde tomé el bus al aeropuerto de Gatwick desde donde saldrá mañana mi vuelo a Malta.
Reservé un hotel que está dentro mismo de la terminal sur. Desde mi ventana se ven aviones estacionados.
Es un día otoñal en Londres, hace once grados y llovizna. No parece primavera, los árboles no tienen hojas.
Comí pollo aquI en la misma terminal, me acosté y dormí ocho horas seguidas.
Lunes 26/3/2018. A pesar de estar dentro del aeropuerto, no se escucha ningún ruido. A las 7 de la mañana, después de ducharme, me fui a comprar un café y preparé mis cosas. A las 11,55 sale el vuelo a Malta, y el check in me queda justo cuatro pisos más abajo.
Hoy se ven más aviones desde mi ventana.
En el aeropuerto me sellaron el pasaporte, y tomé un taxi que me dejó en mi casita en Malta, en la calle San Nicolás. La ciudad es toda de color ocre y antiquísima. Tuve problemas para abrir la puerta, pero finalmente lo logré. Fui a comprar provisiones a un mercadito que encontré en la otra cuadra, pero no hay muchos negocios en la zona. Desde la esquina se ve el mar.
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