Lunes 14/7/2019. A las 9 de la mañana salí del hotel. No contraté desayuno porque no quiero comer de más. En todos los hoteles de este país hay pava eléctrica en el cuarto, así que tomé café y comi unas galletas que compré ayer.
Así se ve el río desde el lobby del Park Inn, la ventana de mi cuarto no mira hacia este lado.
Fui para el centro porque tenia que cambiar euros por libras, pero los bancos me mandaron a Marks y Spencer, que tiene un bureau de change.
Cuando terminé mis trámites, encontré el bus turístico.
La ciudad está cuidada y los edificios están bien mantenidos.
Esta era la puerta principal de la ciudad, que conserva toda su muralla.
Cuando terminó la vuelta, me bajé y me subí a un barco para navegar por el Ouse.
Con el barco pasamos por mi hotel, el Park Inn:
Uno de los muchos puentes que cruzan el Ouse.
El barco fue y volvió, me bajé en el mismo lugar y fui a tomar otra vez el bus turístico.
Cuando salía el sol hacia calor, y cuando se ocultaba hacía frio.
Me bajé cerca del mercado y comi pizza con vino rosado.
Me enamoré de esta bañera con patitas, vale 925 libras.
Otra vez me subí al bus turístico y me bajé en la estación de tren. Encontré en Internet un pasaje en tren a Glasgow a 52 libras y lo fui a comprar, ayer me pidieron 100 libras. Son más de 300 km y el ómnibus va a tardar todo el día en llegar.
Después me subí a la Muralla y caminé un trecho por ella, pero se acabó cuando llegué al río.
Ya no entro en las iglesias, pero decidí pagar la entrada y entrar al York Minster para ver la escultura de la Virgen Maria dando la mamadera al niño Jesús y el dragón dorado que había leído en mi guía.
Admiré los vitrales pero lo que yo buscaba no lo encontraba.
Le pregunté a un empleado y me dijo que esas esculturas estaban en el cielorraso, me mostró dónde, pero era a 30 metros de altura.
En compensación encontré estos gorditos desnudos.
Salí y encontré un trencito que va y viene del York Minster al Museo Ferroviario. Como hoy es lunes pensé que estaba cerrado, pero no era así. Tomé el trencito y me llevó al Museo.
Hay locomotoras y vagones, antiguos y modernos.
Volví caminando al hotel, pero pasé por el Sainsbury a comprar Volvic, que es un agua saborizada que me encanta. Quise comprar también Skyr, pero acá no tienen.
Así se ve el río desde el lobby del Park Inn, la ventana de mi cuarto no mira hacia este lado.
Fui para el centro porque tenia que cambiar euros por libras, pero los bancos me mandaron a Marks y Spencer, que tiene un bureau de change.
Cuando terminé mis trámites, encontré el bus turístico.
La ciudad está cuidada y los edificios están bien mantenidos.
Esta era la puerta principal de la ciudad, que conserva toda su muralla.
Cuando terminó la vuelta, me bajé y me subí a un barco para navegar por el Ouse.
Con el barco pasamos por mi hotel, el Park Inn:
Uno de los muchos puentes que cruzan el Ouse.
El barco fue y volvió, me bajé en el mismo lugar y fui a tomar otra vez el bus turístico.
Cuando salía el sol hacia calor, y cuando se ocultaba hacía frio.
Me bajé cerca del mercado y comi pizza con vino rosado.
Me enamoré de esta bañera con patitas, vale 925 libras.
Otra vez me subí al bus turístico y me bajé en la estación de tren. Encontré en Internet un pasaje en tren a Glasgow a 52 libras y lo fui a comprar, ayer me pidieron 100 libras. Son más de 300 km y el ómnibus va a tardar todo el día en llegar.
Después me subí a la Muralla y caminé un trecho por ella, pero se acabó cuando llegué al río.
Ya no entro en las iglesias, pero decidí pagar la entrada y entrar al York Minster para ver la escultura de la Virgen Maria dando la mamadera al niño Jesús y el dragón dorado que había leído en mi guía.
Admiré los vitrales pero lo que yo buscaba no lo encontraba.
Le pregunté a un empleado y me dijo que esas esculturas estaban en el cielorraso, me mostró dónde, pero era a 30 metros de altura.
En compensación encontré estos gorditos desnudos.
Salí y encontré un trencito que va y viene del York Minster al Museo Ferroviario. Como hoy es lunes pensé que estaba cerrado, pero no era así. Tomé el trencito y me llevó al Museo.
Hay locomotoras y vagones, antiguos y modernos.
Volví caminando al hotel, pero pasé por el Sainsbury a comprar Volvic, que es un agua saborizada que me encanta. Quise comprar también Skyr, pero acá no tienen.
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