Domingo 11/4/2021. Me desperté como nueva a las 6 de la mañana, y a las 7.15 fui a desayunar café con tostadas, queso untable, dulce de leche, mermelada de manzana y medialunas. Todo muy rico. Saliendo del salón desayunador, llegaba a mi habitación, que era la tercera a la izquierda de esta foto, y al fondo, las montañas.
A las 8 salí y fui a la Terminal. Pensaba ir a La Quiaca, pero justo salía un bus a Iruya, que queda hacia el este, apenas pasando la frontera con Salta. Los colectivos son locales, así que entran en los pueblos, sube y baja gente todo el tiempo. Hay turistas pero no muchos, y todos muy jóvenes. Los locales son los típicos habitantes de la quebrada, de piel oscura, caras anchas y pómulos altos.
Montañas de colores como las de Jujuy no hay en ningún otro lado.
Paró diez minutos en Humahuaca, siguió unos km más por la ruta 9 y después tomó un camino de ripio.
Acá paró un ratito, era el abra de los 4000 metros de altura.
Impresionantes caminos de cornisa. En algunas curvas tuvo que dar marcha atrás para retomar el camino. Había niebla en algunos tramos.
A lo lejos se veía una de las iglesias de Iruya. Era el mediodía.
El ómnibus paró en la terminal. Cerca estaba este puentecito que cruzaba una especie de lecho de río sin agua.
Por esta callecita en subida llegué a la plaza principal y entré a un bar a comer empanadas. A todas les ponen papas cortadas muy chiquitas, a las de carne y a las de queso.
Este era el centro de Iruya. La iglesia estaba cerrada.
Y así eran las callecitas del pueblo.
A las 14.30 el bus salía otra vez hacia Tilcara. Este mapa estaba en la Terminal
Estos burritos estaban a la salida del pueblo.
Llegamos a Tilcara a las 18 horas. Hacía frío. Compré bizcochos, queso y bananas y volví a la posada.
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