Martes 29/7/2014. Hoy
desayuné a las 7. El grupo se separaba, algunos se iban a Lourdes y después a
Barcelona y otros volvíamos a París. Se fueron Cristina, la chilena de Temuco,
con su hija Nicole, Rita, que vive en
Merlo, San Luis, y María Marta con su marido Enrique, que tiene campo en Azul y
conocía a mi suegro. El ómnibus que iba a Lourdes salió puntual a las 8,30,
pero el nuestro llegó tarde con otra gente, y salimos recién a las 9.
Nos esperaban 600 km
hasta París. En el camino pasamos por una central nuclear que largaba mucho humo.
Fuimos parando cada dos horas, y una de las paradas fue nuevamente
el Castillo de Chambord.
Le pregunté al guía dónde iba a parar en París, y me dijo
que en el Novotel Bagnolet Est, y que llegaríamos entre 19 y 19,30. Estudié el
mapa y era mucho más cerca de Montmartre que la Porte de Versailles, donde
había empezado el tour. Le mandé un mensaje y un whatsapp al dueño del
departamento que alquilé para avisarle la hora.
A las 7 de la tarde entramos
en París por la Peripheric ,
que es la avenida de circunvalación. Algunos se quedaban en ese hotel y seguían
otros circuitos, así que el guía indicó dónde se tomaba el metro.
Me despedí de las dos
hermanas argentinas, Silvia y Liliana, de Pepe y Trinidad, una pareja de
Toledo, de Gloria, que es de Niteroi, de Néstor y de los demás, y me fui a
tomar el metro. Compré el boleto y me dieron un mapa. Llegué bastante fácil,
pero tuve que hacer dos combinaciones y subir y bajar escaleras con la valija,
que por suerte no es grande. Cuando salí en la estación Jules Joffrin pregunté
por Rue Lapeyrere. Dos personas se esforzaron por ayudarme, es mentira que los
parisinos no son amables, pero recién cuando se los mostré escrito lo
entendieron y me indicaron, yo lo debía pronunciar horrible.
Rue Lapeyrere 8 estaba a
menos de 200 metros. Llegué a la puerta y alcancé a enviarle un mensaje al
dueño del departamento justo antes de quedarme sin batería. Mi celular consume
mucha batería en el exterior.
Me quedé en la puerta con
mi valija esperando. No tenía forma de comunicarme con Patrick, el dueño del
departamento. A los quince minutos una chica rubia, muy joven, alta y hermosa
entró en el edificio (creo que era un ángel). Le pregunté si hablaba inglés y
me dijo que sí. Le pedí ayuda, le expliqué que había alquilado un departamento
en ese edificio y que estaba esperando al dueño, pero que no tenía forma de
comunicarme con él porque mi teléfono se había quedado sin bateria. Con su teléfono lo llamó, entramos
al edificio, me acompañó hasta el 7º piso, y según las indicaciones de Patrick
marcó un código en una cajita que hay en la puerta del departamento, se abrió
la cajita y sacó la llave. Y entré. Le agradecí diez veces al ángel su ayuda, y
me quedó la duda de si Patrick pensaría explicarme a mi por teléfono en francés
todo el procedimiento.
Ni bien entré sonó el
teléfono de línea. Era Patrick, para decirme que va a venir mañana al mediodía.
Creo que le entendí, porque no es fácil para mi comunicarme con alguien que
sólo habla francés.
Ya eran como las 9 de la
noche. Tenía que comprar algo para comer. Bajé y descubrí que no hay llave en
la puerta del edificio, sino una pantalla con números. No quise salir, por
miedo a no poder volver a entrar. Subí otra vez al departamento y volví a
llamar a Patrick. Me pasó el código (me dijo los números uno por uno en inglés).
Entonces me di cuenta que en un mail me había escrito el código del edificio,
pero yo no entendí que era el código para entrar, en mi país las puertas de
calle tienen llave.
Igual tenía terror de
salir y no poder volver a entrar. Y mi teléfono estaba en el departamento
cargándose. Justo cuando salía entraba un muchacho joven, le pregunté si hablaba
inglés y me dijo que sí. Le expliqué toda la historia, y me confirmó que ese
era el código.
Caminé por los
alrededores y encontré un minimercado. Compré queso untable, jamón, pan y
naranjas, y volví y pude entrar. Fue toda una aventura.
El departamento es muy
agradable y hay de todo. Del balcón se ve la Torre de Montparnasse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario