Sábado 16/1/2016. Hoy en el desayuno había bananas pequeñitas, que en Ecuador llaman “oritos” y en Tailandia “plátano huevo”.
También descubrí una máquina que hace hot cakes, sólo hay que apretar un botón y esperar un minuto.
A las siete de la mañana salimos de Bangkok hacia el sudoeste, a 100 km está el mercado flotante de Damnoen Saduak.
En el camino paramos en una típica casa tailandesa. Construida sobre pilotes a orillas de un canal, en la planta baja está la tienda, y subiendo la escalera, un gran ambiente tipo loft donde había cocina, camas y armarios. Alli compré “tiger balm”, bálsamo de tigre, que sirve para labios resecos, picaduras de insectos y dolor muscular.
Cuando llegamos a Damnoen Saduak tomamos una barca tailandesa muy bajita con la cual recorrimos durante media hora los canales para llegar al mercado flotante.
Hacía mucho calor y viento, por eso mi cara tan colorada.
Todo Indochina llena de buganvillas, que nosotros llamamos santa rita.
Los vendedores cocinan dentro de sus botes, un espectáculo muy curioso.
La que se ve aquí es la bandera de Tailandia:
Fuera de los botes también hay puestos de comida, de ropa y zapatos.
Fuimos a ver la pagoda gigante de Phra Pathom Chedi. El ritual exigía tocar la campana.
Volviendo hacia Bangkok había muchísimo tráfico. Después descubrimos que era por la entrada a un templo.
Pollo, fideos, jamón y rollitos, todo muy rico.
Más tarde fuimos a un supermercado Carrefour y compramos arroz de colores y té. Curioseamos las frutas, hay algunas muy exóticas.
Esta se llama la reina de las frutas:
También descubrí una máquina que hace hot cakes, sólo hay que apretar un botón y esperar un minuto.
A las siete de la mañana salimos de Bangkok hacia el sudoeste, a 100 km está el mercado flotante de Damnoen Saduak.
En el camino paramos en una típica casa tailandesa. Construida sobre pilotes a orillas de un canal, en la planta baja está la tienda, y subiendo la escalera, un gran ambiente tipo loft donde había cocina, camas y armarios. Alli compré “tiger balm”, bálsamo de tigre, que sirve para labios resecos, picaduras de insectos y dolor muscular.
Cuando llegamos a Damnoen Saduak tomamos una barca tailandesa muy bajita con la cual recorrimos durante media hora los canales para llegar al mercado flotante.
Hacía mucho calor y viento, por eso mi cara tan colorada.
Todo Indochina llena de buganvillas, que nosotros llamamos santa rita.
Los vendedores cocinan dentro de sus botes, un espectáculo muy curioso.
La que se ve aquí es la bandera de Tailandia:
Fuera de los botes también hay puestos de comida, de ropa y zapatos.
En un puesto de la calle compré manzana de agua, que es muy refrescante, hacía mucho calor. Sofia nos dio para probar otras frutas exóticas.
Fuimos a ver la pagoda gigante de Phra Pathom Chedi. El ritual exigía tocar la campana.
Nos llevaron a comer al Jardín de las Rosas, donde además de restaurante había un espectáculo de bailes tailandeses y otro con elefantes que me resultó muy deprimente. Llegamos al hotel a las 17,30.
Pollo, fideos, jamón y rollitos, todo muy rico.
Más tarde fuimos a un supermercado Carrefour y compramos arroz de colores y té. Curioseamos las frutas, hay algunas muy exóticas.
Esta se llama la reina de las frutas:
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