Miércoles
16/10/2013. Salí temprano, tomé el subte en Victoria Station y me bajé en
Westminster para ir al London Eye. Es muy fácil ubicarse en el subte de Londres,
incluso para mí con mis limitaciones para orientarme.
A
las 9,30 compré el ticket y a las 9,40 subí, a pesar de que decía que empezaba
a las 10. Eramos pocos a esa hora, en mi cabina sólo éramos seis: una pareja
joven con dos bebés, un señor y yo. Lloviznaba, pero igual fue muy lindo dar a vuelta y ver Londres desde arriba. Y el mecanismo es impresionante.
Desde el London Eye, uno de los tantos aviones que sobrevuelan la ciudad todo el tiempo:
Tardó justo media hora, así que a las 10,10 ya había terminado, y ya afuera había
bastante gente.
Otra
vez al subte y fui a Kings Cross. Harry Potter tomaba el Hogwart Express en
esta estación para ir a la escuela de magia, atravesando una pared con el carrito
donde llevaba su valija y la jaula con su lechuza, plataforma 9 y 3/4 , y ahí
está la mitad de la valija y de la jaula. Había una fila de gente para sacarse
una foto ahí!!
Ayer cuando estuve acá me impresionó tanto el hotel Saint Pancras, que hoy volví a admirar, que no reparé en el edificio de colores de enfrente:
Pregunté
cuánto tenía que caminar hasta el Museo Británico (sabía que era cerca) y me
dijeron diez minutos. Fue un poco más porque no lo encontraba y tuve que
preguntar, y además había allí cerca una manifestación de bomberos que
protestaban por el sistema jubilatorio.
Pero finamente llegué.
Iba
a ver sólo Egipto, Grecia (especialmente la cariátide que falta en la Acrópolis y que sabía
que estaba allí) y el único moai que existe fuera de la Isla de Pascua. Es uno de los
museos más grandes del mundo y no quería saturarme.
Vi
los frisos griegos y las estatuas. Qué manera de apropiarse de patrimonio
arqueológico!
No encontraba la cariátide, quería preguntar, pero ni idea cómo se dice “cariátide” en inglés. Pensé que era muy probable que se dijera parecido, por ser una palabra griega. Estaba intentando explicarle a una empleada inglesa del museo lo que era una cariátide, y otro empleado que estaba con ella me habló en español, y me explicó que esa galería estaba cerrada al público, pero me mostró desde donde la podía ver de lejos. Allí estaba, hermosa, como recordaba a las demás.
Cuando
salí del museo llovía otra vez, caminé bastante hasta que encontré la estación
Russell Square y volví a Victoria. Allí me quise hacer la canchera y tomar otro
camino y me perdí. Caminé muchísimo hasta que pude llegar al hotel.No encontraba la cariátide, quería preguntar, pero ni idea cómo se dice “cariátide” en inglés. Pensé que era muy probable que se dijera parecido, por ser una palabra griega. Estaba intentando explicarle a una empleada inglesa del museo lo que era una cariátide, y otro empleado que estaba con ella me habló en español, y me explicó que esa galería estaba cerrada al público, pero me mostró desde donde la podía ver de lejos. Allí estaba, hermosa, como recordaba a las demás.
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