Martes 3/2/2015. Sólo se
escuchaba el ruido de los autos que pasaban por la avenida. También pasaba el
metro, que allí iba sobre la superficie.
El hotel tenía ventanas fijas, que me
ponen bastante claustrofóbica. Pedí el desayuno al room service, y aproveché
para conectarme a Internet, la señal era muy buena y pude subir los últimos
posts al blog, en Guanajuato casi no tenía señal.
Al mediodía pedí un taxi
y me fui al aeropuerto. Desde allí se ven las montañas, aunque en la foto no se distinguen de las nubes.
A las 15,30 salió el avión
a Lima, que tardó cinco horas y media. Allí esperé una hora y tomé el avión a
Buenos Aires, cuatro horas más, llegué a las 6,30. Fin de este largo y fascinante viaje.
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