martes, 3 de febrero de 2015

VIAJE A MEXICO - DOLORES HIDALGO Y SAN MIGUEL DE ALLENDE

Domingo 1/2/2015. Anoche me despertó la música varias veces, y en un momento escuché que llovía. Tuve la mala suerte de llegar a esta preciosa ciudad un fin de semana largo y hay mucho turismo de otras zonas del país.
Esta es la vista desde mi balcón del Mesón de Juan Valle:




En este hotel no hay desayuno, así que me fui a comprar un café y unas magdalenas al Oxxo de aquí a la vuelta. Después me fui a caminar y a disfrutar la ciudad sin gente, todos los que estaban de fiesta anoche todavía dormían.






Me costó bastante encontrar el Callejón del Beso, que recomendaba mi guía, y tuve que preguntar varias veces. Hay una historia bastante increíble que repiten los guías sobre dos amantes que se besaban de balcón a balcón.


A las 10,30 volví porque me venían a buscar para ir a la excursión a Dolores Hidalgo y San Miguel Allende, las ciudades donde se gestó la independencia de México. Llegaron a las 10,55. Ya había 14 personas dentro de la camioneta y yo era la última. El único asiento que quedaba libre era muy incómodo, y era difícil acceder a él.
La primera parada fue en en Hotel Castillo de Santa Cecilia, construido en piedra sobre una antigua mina de plata lejos del centro de Guanajuato. 



Le dije al conductor que el transporte era muy incómodo y que yo no tenía la culpa de que me hubiera venido a buscar última, y se molestó conmigo para todo el día. Una señora que estaba en el asiento de adelante mandó atrás a una nena y me cambié de asiento, pero igual no era cómodo.
Cuando salimos del Hotel Castillo de Santa Cecilia tomamos un camino de montaña hacia Dolores Hidalgo.


El conductor-guía puso música mexicana y contó vida y obra de José Alfredo Jiménez, que para los  demás, que eran todos mexicanos, era conocido, pero  para mi no. Reconocí las canciones que pasó como las tradicionales de música mexicana, y este hombre es el autor.
La música y la biografía eran porque la primer parada en Dolores Hidalgo era en el Cementerio y en la tumba del cantautor, con forma de sombrero mexicano. Pero a mi me interesaba la historia de la independencia!!


Después llegamos a Dolores Hidalgo, donde el cura Miguel Hidalgo inició el proceso de la independencia de México el 16 de septiembre de 1810, con el “Grito de Dolores”, justo frente a esta iglesia:


Lo primero que hizo nuestro conductor-guía fue llevarnos a una heladería en un puesto de la plaza, porque parece que los helados de la ciudad son famosos. Había de los gustos más extraños: queso, tequila, camarones. Nos dieron a probar varios gustos, y todos compraron enormes helados, pero yo no. Los mexicanos comen sin cesar.


Fuimos a un museo bastante pobre, que pertenece a los descendientes de Hidalgo, que era cura pero tuvo cinco hijos de tres mujeres distintas. Más tarde lo excomulgaron, pero no porque tuviera hijos, que al parecer era aceptado, sino por rebelde.
El conductor-guía mostró la iglesia donde Miguel Hidalgo pegó el “Grito de Dolores” y dijo que lo que quería era eliminar los privilegios que tenían los españoles, y los indígenas y los criollos no tenían, y que era leal a Fernando VII. Le pregunté cómo podía ser leal a la corona española si luchaba por la independencia, porque no me parecía lógico, pero me contestó cualquier cosa, tenía su libreto y no le gustaba que lo objetaran. A partir de ese momento no le pregunté más nada. Nos dio media hora para que camináramos por el centro.
Al salir, hizo la parada obligada de todo tour, en un negocio de artesanías.
De allí fuimos al santuario de Atotonilco, y el guía hizo hincapié en la iglesia, pero en realidad por allí pasó Miguel Hidalgo para pedir la protección de la Virgen de Guadalupe después del “Grito de Dolores”. Ni entré en la iglesia. Allí afuera está la escultura de Miguel Hidalgo:


Fuimos a San Miguel de Allende, que era la siguiente parada. Nos hizo bajar en un restaurante y nos dijo que ya teníamos preparada la mesa. La mitad de la gente del grupo se fue, sólo nos quedamos una familia mexicana y yo. Me quedé porque el guía había ido a estacionar y no venía, y si me iba a comer a otro lado no iba a saber donde encontrarlos.
La comida era rica, pedí pechuga de pollo a la plancha, que venía con papas fritas, arroz y ensalada, como en Cuba.
Más tarde apareció el guía y cuando vio que éramos sólo siete y que los demás se habían ido se terminó de poner de mal humor.
Nos dijo que a las 6 de la tarde nos esperaba en la casa de los Condes de la Canal en la esquina de la plaza, que era a dos cuadras del restaurante.
Di unas vueltas por la plaza, muchísima gente por el fin de semana largo, vendedores de globos, de comida, de baratijas, y mariachis cantando.









En esta ciudad nació Ignacio Allende, otro de los héroes de la independencia junto a Miguel Hidalgo. Ambos fueron fusilados en Chihuahua en 1811.
El guía apareció 18,20 y volvimos a Guanajuato por otro camino, fue un recorrido circular. Me dejó en la Alhóndiga de Granaditas, que está a dos cuadras de mi hotel. Ya eran las ocho de la noche.
Me compré un café y un sándwich para comer más tarde, el almuerzo fue a las cuatro y no tenía hambre todavía.

En resumen, conocí las ciudades donde se gestó la independencia de México, aunque podría haber sido mejor. Para evitar: Agencia de viajes MO-O-TI, y sobre todo, camioneta verde matrícula GU0045 y guía Oscar (el único mexicano mala onda que encontré en todo este largo viaje).

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