Viernes 1/5/2015. A las 7
tomé el desayuno en el Hotel Tayka Tahua, sólo aceptable.
Antes de irme saqué fotos a
los muebles y paredes de sal y a las puertas hechas con cactus.
En la zona no hay
surtidores de nafta, así que todas las camionetas llevan bidones en el techo y
van cargando el tanque a medida que consumen. Este es Reinaldo cargando nafta.
Salimos del Salar y pasamos
nuevamente por Incahuasi, la Isla
del Pescado.
Saliendo del salar se ven
plantaciones de quinoa. Entramos en un pueblo llamado San Juan, yo quería tomar
un café, pero no encontré ningún lugar.
Vi el Volcán Collahue
nevado, está activo y echa humito.
Al lado está el Salar de
Chiguana, el hermano pobre del de Uyuni.
Por allí pasan las vías del
tren de trocha angosta del Ferrocarril Potosí – Antofagasta.
Llegamos a Avaroa, en el
límite con Chile.
Estacionamos frente al
mirador del Volcán Collahue. Reinaldo había traído milanesas, papas hervidas y
fideos. Comimos duraznos en almíbar de postre.
Hace miles (o millones) de
años el Volcán Collahue despidió lava, que se transformó en piedras que hay en
toda la zona, de las formas más caprichosas.
Llegamos a la Laguna Cañapa , con flamencos,
que aquí se llaman pariguanas.
Esta es la Laguna Hedionda , con olor a
azufre. Había mucho viento.
En el Hotel Los Flamencos,
frente a la Laguna Hedionda ,
tomé un café.
Después llegamos a la Laguna Charkkota y a la Laguna Honda.
Media hora después llegamos
al Hotel de Piedra Ojo de Perdiz, en el Desierto de Siloli. Me recomendaron bañarme
y cargar baterías en ese momento, porque es otro hotel en el medio de la nada,
con energía solar, sin televisión ni Internet.
A las 19,30 sirvieron la
cena, y a dormir.
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