Miércoles 19/7/2017. Cuando llegué a Ezeiza me enteré que mi vuelo de Latam hacia escala en Santiago. El ticket no lo decía, y mucha gente en la fila estaba sorprendida. Salió a horario y tardó 1,45 horas en llegar, bajamos del avión, pasamos por los scanners y volvimos a subir. En este tramo me tocó un asiento en la antepenúltima fila, pero con la ventaja de que tenía para mi sola los tres asientos del medio. Hice tantos viajes largos últimamente, que cuando el capitán dijo que eran 9,30 horas de vuelo de Santiago a Nueva York, me pareció rapidísimo.
Salvo un tramo sobre Ecuador en que hubo algo de turbulencia, el vuelo fue tranquilo y pude dormir bastante. La entrada a los Estados Unidos fue fácil y rápida, y cuando salí averigüe donde se tomaba el bus shuttle a Manhattan. Era ahí mismo a la salida, pagué los $ 18, me subí y salió enseguida. Saliendo del aeropuerto había mucho tráfico pero fluido, y muchas autopistas. Entró a Manhattan por el este, y cuando vi la cúpula del Empire State supe que la Central Terminal estaba cerca, ya había recorrido la zona con Google Street View.
El bus paró y el chófer explicó algo que no entendí, el aterrizaje me dejó sorda y todavía no me acostumbré al acento. Pero estábamos en Lexington Avenue y Calle 42 y de allí ya sabia cómo llegar. Caminé hasta Lexington y calle 30 y llegué a mi hotel. Hace calor, y yo vengo del invierno!
Los empleados del hotel son todos indios. Dejé mis cosas, me cambié de ropa y salí a caminar.
Hacia más calor, caminé unas diez cuadras por Park Avenue y volví. Me acosté a descansar dos horas para recuperarme del viaje y del clima.
Más tarde salí otra vez, comí pollo en un lugar parecido a KFC, me compré jugo de naranja y volvi a descansar.
Me senti en casa. Nueva York no es muy diferente a Buenos Aires.
En el hotel, fui al sexto piso a sacar hielo de la maquina que hay allí. Mañana estaré recuperada.
Salvo un tramo sobre Ecuador en que hubo algo de turbulencia, el vuelo fue tranquilo y pude dormir bastante. La entrada a los Estados Unidos fue fácil y rápida, y cuando salí averigüe donde se tomaba el bus shuttle a Manhattan. Era ahí mismo a la salida, pagué los $ 18, me subí y salió enseguida. Saliendo del aeropuerto había mucho tráfico pero fluido, y muchas autopistas. Entró a Manhattan por el este, y cuando vi la cúpula del Empire State supe que la Central Terminal estaba cerca, ya había recorrido la zona con Google Street View.
El bus paró y el chófer explicó algo que no entendí, el aterrizaje me dejó sorda y todavía no me acostumbré al acento. Pero estábamos en Lexington Avenue y Calle 42 y de allí ya sabia cómo llegar. Caminé hasta Lexington y calle 30 y llegué a mi hotel. Hace calor, y yo vengo del invierno!
Los empleados del hotel son todos indios. Dejé mis cosas, me cambié de ropa y salí a caminar.
Hacia más calor, caminé unas diez cuadras por Park Avenue y volví. Me acosté a descansar dos horas para recuperarme del viaje y del clima.
Más tarde salí otra vez, comí pollo en un lugar parecido a KFC, me compré jugo de naranja y volvi a descansar.
Me senti en casa. Nueva York no es muy diferente a Buenos Aires.
En el hotel, fui al sexto piso a sacar hielo de la maquina que hay allí. Mañana estaré recuperada.
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