sábado, 23 de marzo de 2019

VIAJE A ESPAÑA, EGIPTO Y CHIPRE - SEGOVIA Y AVILA

Domingo 3/2/2019. Dormí 11 horas, y me levanté como nueva. A las 7,20 salí con la idea de desayunar en La Mallorquina, pero no pudo ser, abre 8,30. En la calle había barrenderos, algunos borrachos, prostitutas y mucha policía.
Desayune en otro bar en la Puerta del Sol y esperé el bus de mi excursión que llegó puntual a las 8,20. Después paró en la Fuente de Neptuno y en la Plaza de España,  donde subió más gente. Unos minutos después de las 9 salimos para Segovia.
Íbamos hacia el norte por autopista. Había extrañas nubes alargadas y la Sierra de Guadarrama tenía nieve en algunas partes.



 Pasamos por el Valle de los Caídos,  acá se ve la cruz. El guía lo dijo.


 Ya llegando a Segovia, había nieve sobre los autos estacionados.



Estacionamos frente al acueducto.


Tuvimos tiempo para pasear por el centro y después fuimos caminando con el guía por la ciudad.







Esta decoración de flores que tienen algunos edificios se llama esgrafiado.




La iglesia de San Martin:




La plaza de Juan Bravo, que recuerda una revuelta de los Comuneros en 1520.




Esta era la entrada al barrio judío.




La Plaza Mayor:


Esta es la iglesia de San Miguel, donde fue coronada Isabel la Católica.





Esta es la calle de San Andrés,  y debajo de ella pasa el acueducto,  que llevaba agua hasta el Alcázar.


El Alcázar,  si hubiera tenido más tiempo hubiera entrado, será otra vez.



Volví caminando hasta el acueducto,  donde esperaba el bus, y donde había que estar a las 13,50. Allí cerca había un "100 Montaditos", así que comí algunos y tomé un café.










El Acueducto es muy fotogenico, y está muy bien mantenido.
Subimos al autobús y fuimos hacia Ávila. Se veían las montañas nevadas a lo lejos.


Avila está a una hora de Segovia y tiene una muralla espectacular.



Caminamos por la ciudad con el guía.




La Catedral de Avila:





!


La estatua de Santa Teresa frente a la iglesia que fue construida donde estaba su casa.



Desde allí había tiempo libre, y el guía dijo que para no perderse había que bordear la Muralla por la parte de afuera, y así hice.












En el camino me compré dos yemas de Ávila,  muy muy dulces.



Finalmente encontré el autobús,  pero no fue fácil.  Desde allí volvimos a Madrid.




Me dejó en Plaza de España, y desde allí caminé a mi hotel.


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