Sábado 4/10/2014. A la mañana estaba muy
nublado, y así se veía el mar desde mi ventana.
Desayuné muy rico y a las 8,45 estaba en la
agencia, que queda a unas cuatro cuadras de la hostería. Llegó una pareja
chilena de Santiago, y después el chofer-guía, que se llamaba Oscar.
Salimos hacia el sur y a unos 20 km de Castro
está Chonchi, un pueblito sobre el mar, con tres niveles, donde vimos la
primera de las iglesias de madera.
También vimos el puerto y el mercado
municipal, pero era sábado temprano, y no había ningún artesano.
De allí fuimos a Villipulli a ver otra de las
iglesias. Salvo la de Castro y la de Curaco de Velez, son todas parecidas, con
forma de Arca de Noé invertida.
Volviendo hacia el norte vimos una procesión
religiosa en la ruta.
Paramos en Nercon, una localidad muy cerca de
Castro para ver otra de las iglesias. Por todos lados en la isla hay retama.
Oscar nos propuso subir al campanario y lo
hicimos. Subimos varias escaleras empinadas y llegamos al campanario. Después
hubo que bajarlas.
Nuestra próxima parada fue en los palafitos
de Gamboa, que son casitas de colores construidas en la orilla del mar sobre
pilotes.
De allí fuimos al mirador Millantui, desde el
cual se ve toda la ciudad de Castro, incluida iglesia amarilla y mall, que
todavía no abrió al público y que tiene muchas críticas porque desentona con el
resto de las construcciones.
Recorrimos el mercado y el puerto de Castro.
Nos ofrecieron hacer una navegación de 25 minutos por la bahía para ver los
palafitos desde el agua, pero Oscar nos aconsejó hacerlo más tarde porque
estaba muy nublado.
Nos fuimos a Dalcahue, al norte de Castro, a
ver la feria artesanal. Allí, en una “cocinería” cerca de la feria artesanal,
almorzamos.
Los chilenos comieron paila marina, Oscar cazuela
de cordero y yo, “vacuno”, que era carne que parecía vacío, y que era muy rico.
La iglesia de Dalcahue está en plena
reconstrucción.
En el ferry cruzamos a la isla de Quinchao.
Subimos al Mirador de
Allí hay dos ciudades: Curaco de Velez y Achao. En la iglesia de Achao había un coro cantando.
Curaco de Velez tiene una iglesia diferente a las demás, verde y roja, y una placita muy cuidada.
Cruzamos otra vez en el ferry para volver a Castro y vimos otros palafitos al lado de la ruta.
En el puerto de Castro nos subimos a un barquito para ver la ciudad y los palafitos desde el agua.
Vimos los palafitos de Pedro Montt y el enorme mall.
De allí volví al hotel.
Te felicito
ResponderEliminarCastro es una localidad excelente, yo he estado allí en dos ocasiones y siempre me he quedado en las cabañas en Castro, imagino que tú también conoces la zona. Es grandioso todo, verdad?
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