Domingo 22/10/2017. Salí de Buenos Aires a las 8 de la noche. Tomé cuatro aviones para llegar a Guatemala, e hice escala en Santiago, Bogotá y San José de Costa Rica. Como viajé con Latam hasta Bogotá y después con Avianca, tuve que retirar mi equipaje y entrar a Colombia, y salir un rato más tarde. Desde el aeropuerto de Bogotá se ven las montañas. Estaba muy nublado y fresco.
Lunes 23/10/2017. Después de semejante viaje, incluyendo horas de espera en los aeropuertos, llegué a las 18,30 a Guatemala, donde el horario es de tres horas menos que en Argentina, o sea que fue un día entero viajando.
En Guatemala llovia fuerte, y me vino a buscar el transfer que contraté para ir a Antigua, que está a unos 50 km de la capital.
El tránsito era infernal saliendo de la capital, llovía, y el alumbrado público es muy débil, todo estaba oscuro.
Tardamos como una hora. Me dejó en el Hotel y se fue. Pero cuando fui a la recepción resultó que se había equivocado de hotel. El mio se llama Villa Real Antigua y el otro tenia un nombre parecido. La chica de la recepción llamó por teléfono y me vinieron a buscar. Lo único que hice al llegar fue lavarme los dientes y caer dormida.
Martes 24/10/2017. A las 6 de la mañana me desperté como nueva. Antes de las 7 ya me había bañado, había desempacado y salí a la puerta a mirar Antigua de dia. Este es un hotel chiquito, me vieron pasar y me preguntaron si quería desayunar. Me ofrecieron huevos, pero como dije que no, me dieron panqueques, y estaban buenísimos. Tomé café de Guatemala, que es de los principales productores y exportadores del mundo, este es un dato que aprendí hoy y de los tantos que ignoraba.
Antes de las 8 me vino a buscar Miguel Angel y fuimos hacia el oeste, a Iximche, que era una población de los gobernantes mayas. Parte está desmalezado y mantenido, otra parte todavía bajo la selva.
En la entrada está la maqueta del sitio:
Esta es la historia de los mayas contada en imagenes:
El juego de pelota, inflatable en los sitios mayas, que no tenía propósitos deportivos sino rituales:
De vuelta en Antigua, fuimos a recorrer iglesias y ruinas de iglesias. Esta ciudad fue abandonada después de un gran sismo que la destruyó en el siglo XVIII, y recuperada muchos años después, pero cada tanto hay otro sismo, y el del 19 de septiembre en México se sintió muy fuerte aquí.
Cambié dólares por quetzales, la moneda local, en el Banco Azteca. Un dólar es equivalente a 7 quetzales.
El quetzal también es un pájaro colorido de la zona, pero todavía no vi ninguno.
Comí en Pollo Campero, que es un KFC local, comida rápida pero con mozos. Es muy bueno, no se si tanto como el KFC.
Me encontré nuevamente con Miguel Angel en la plaza, y enfrente está la catedral. Muy bonita, pero es solo la fachada, fue destruida por los terremotos.
Le pregunté a mi guía Miguel Angel, que es un full católico, cual era la explicación a que Dios destruyera sus propias casas, pero me dijo que era una pregunta muy difícil de responder.
Me dejó en mi hotel a las 16,30. Pregunté si podía comprar una papaya en el super de enfrente para ir comiendo en mis desayunos y me dijeron que si. Es la ventaja de alojarse en un hotel pequeñito.
Lunes 23/10/2017. Después de semejante viaje, incluyendo horas de espera en los aeropuertos, llegué a las 18,30 a Guatemala, donde el horario es de tres horas menos que en Argentina, o sea que fue un día entero viajando.
En Guatemala llovia fuerte, y me vino a buscar el transfer que contraté para ir a Antigua, que está a unos 50 km de la capital.
El tránsito era infernal saliendo de la capital, llovía, y el alumbrado público es muy débil, todo estaba oscuro.
Tardamos como una hora. Me dejó en el Hotel y se fue. Pero cuando fui a la recepción resultó que se había equivocado de hotel. El mio se llama Villa Real Antigua y el otro tenia un nombre parecido. La chica de la recepción llamó por teléfono y me vinieron a buscar. Lo único que hice al llegar fue lavarme los dientes y caer dormida.
Martes 24/10/2017. A las 6 de la mañana me desperté como nueva. Antes de las 7 ya me había bañado, había desempacado y salí a la puerta a mirar Antigua de dia. Este es un hotel chiquito, me vieron pasar y me preguntaron si quería desayunar. Me ofrecieron huevos, pero como dije que no, me dieron panqueques, y estaban buenísimos. Tomé café de Guatemala, que es de los principales productores y exportadores del mundo, este es un dato que aprendí hoy y de los tantos que ignoraba.
Antes de las 8 me vino a buscar Miguel Angel y fuimos hacia el oeste, a Iximche, que era una población de los gobernantes mayas. Parte está desmalezado y mantenido, otra parte todavía bajo la selva.
En la entrada está la maqueta del sitio:
Esta es la historia de los mayas contada en imagenes:
Hay árboles sobre algunas de las construcciones:
El juego de pelota, inflatable en los sitios mayas, que no tenía propósitos deportivos sino rituales:
De vuelta en Antigua, fuimos a recorrer iglesias y ruinas de iglesias. Esta ciudad fue abandonada después de un gran sismo que la destruyó en el siglo XVIII, y recuperada muchos años después, pero cada tanto hay otro sismo, y el del 19 de septiembre en México se sintió muy fuerte aquí.
Cambié dólares por quetzales, la moneda local, en el Banco Azteca. Un dólar es equivalente a 7 quetzales.
El quetzal también es un pájaro colorido de la zona, pero todavía no vi ninguno.
Comí en Pollo Campero, que es un KFC local, comida rápida pero con mozos. Es muy bueno, no se si tanto como el KFC.
Me encontré nuevamente con Miguel Angel en la plaza, y enfrente está la catedral. Muy bonita, pero es solo la fachada, fue destruida por los terremotos.
Le pregunté a mi guía Miguel Angel, que es un full católico, cual era la explicación a que Dios destruyera sus propias casas, pero me dijo que era una pregunta muy difícil de responder.
Me dejó en mi hotel a las 16,30. Pregunté si podía comprar una papaya en el super de enfrente para ir comiendo en mis desayunos y me dijeron que si. Es la ventaja de alojarse en un hotel pequeñito.
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