Jueves 24/1/2019. Por primera vez en muchos días no puse el despertador, pero igual me desperté temprano. Desayune un té y una tostada con queso, leí y escribí hasta las 12 cuando me vino a buscar Sayed, que no es como la mayoría, sino que es muy simpático y eficiente.
Fuimos al aeropuerto para tomar el vuelo de Egypt Air a Larnaca, Chipre. Sayed se ocupó de hacer el checkin en una máquina, de despachar la valija, de llenar el formulario de la aduana.
En mi ticket decía que el vuelo duraba una hora y veinte minutos, pero en exactamente una hora llegó al aeropuerto de Larnaca. Ya era de noche. Averigüe donde tomar el bus a Paphos y faltaba una hora, pero el aeropuerto tiene wifi libre.
Un placer estar en Europa, no queria ver más burkas, ni basura en las calles ni tránsito desenfrenado.
El bus tardó 50 minutos en llegar a Limassol, y alli tuve que esperar 20 minutos más que llegara el que iba a la estación Karavellas en Paphos. No es lindo llegar de noche a un lugar desconocido, pero entre El Cairo y Chipre no hay tantos vuelos como para elegir horario.
Tomé un taxi para llegar a mi hotel, que está en el centro, en una calle peatonal.
Viernes 25/1/2019. Desayuno con yogur griego, exquisito. No me gusta el yogur porque es ácido, pero en realidad el yogur griego es queso untable muy cremoso.
Pregunté cómo ir a la Avenida Poseidonos, porque alli hay una agencia de viajes, y me indicaron donde tomar el bus, que pasa por una avenida a media cuadra.
Esta es la calle donde está mi hotel, se llama Makarios Str.
El bus me dejó en la Estación del puerto. Si se cambian las palmeras por pinos, Paphos se parece mucho a Pinamar, por el tipo de edificio y por el olor a mar. Es una ciudad que tiene miles de años, pero parece nueva.
No encontré la agencia de viajes que tenía pensado, pero en el camino encontré otra que ofrecía las mismas excursiones. Contraté las de Famagusta, Nicosia, Paphos y alrededores y Troodos.
Después entre en la fortaleza que está en el puerto.
Muy cerca está el sitio arqueológico, que es un predio muy grande, bastante mal señalizado, donde hay varias construcciones.
En el centro de interpretación del sitio está la reproducción de la pintura de Boticelli, El nacimiento de Venus. Según la mitología griega, Afrodita, la diosa del amor y de la belleza, que los romanos llamaban Venus, nació en esta isla.
Lo que más me interesaba ver en este lugar eran los mosaicos romanos.
Además de los mosaicos están estas columnas, que formaban parte de un templo. El predio está junto al mar.
Caminé mucho dentro del parque, había un teatro que no pude encontrar a pesar de tener el mapa, no estaba donde me parecía que debía estar.
Igual ya estaba muy cansada y decidí salir. En un bar frente a la playa comí pizza.
Volví al hotel a descansar un rato y después salí a caminar por esta zona, que es el centro. Muchas ópticas y tiendas de ropa, y muy poca gente por la calle. Algunos edificios antiguos interesantes.
Volví cuando ya se estaba poniendo el sol.
Fuimos al aeropuerto para tomar el vuelo de Egypt Air a Larnaca, Chipre. Sayed se ocupó de hacer el checkin en una máquina, de despachar la valija, de llenar el formulario de la aduana.
En mi ticket decía que el vuelo duraba una hora y veinte minutos, pero en exactamente una hora llegó al aeropuerto de Larnaca. Ya era de noche. Averigüe donde tomar el bus a Paphos y faltaba una hora, pero el aeropuerto tiene wifi libre.
Un placer estar en Europa, no queria ver más burkas, ni basura en las calles ni tránsito desenfrenado.
El bus tardó 50 minutos en llegar a Limassol, y alli tuve que esperar 20 minutos más que llegara el que iba a la estación Karavellas en Paphos. No es lindo llegar de noche a un lugar desconocido, pero entre El Cairo y Chipre no hay tantos vuelos como para elegir horario.
Tomé un taxi para llegar a mi hotel, que está en el centro, en una calle peatonal.
Viernes 25/1/2019. Desayuno con yogur griego, exquisito. No me gusta el yogur porque es ácido, pero en realidad el yogur griego es queso untable muy cremoso.
Pregunté cómo ir a la Avenida Poseidonos, porque alli hay una agencia de viajes, y me indicaron donde tomar el bus, que pasa por una avenida a media cuadra.
Esta es la calle donde está mi hotel, se llama Makarios Str.
El bus me dejó en la Estación del puerto. Si se cambian las palmeras por pinos, Paphos se parece mucho a Pinamar, por el tipo de edificio y por el olor a mar. Es una ciudad que tiene miles de años, pero parece nueva.
No encontré la agencia de viajes que tenía pensado, pero en el camino encontré otra que ofrecía las mismas excursiones. Contraté las de Famagusta, Nicosia, Paphos y alrededores y Troodos.
Después entre en la fortaleza que está en el puerto.
Muy cerca está el sitio arqueológico, que es un predio muy grande, bastante mal señalizado, donde hay varias construcciones.
En el centro de interpretación del sitio está la reproducción de la pintura de Boticelli, El nacimiento de Venus. Según la mitología griega, Afrodita, la diosa del amor y de la belleza, que los romanos llamaban Venus, nació en esta isla.
El anfiteatro también forma parte del sitio arqueológico.
Igual ya estaba muy cansada y decidí salir. En un bar frente a la playa comí pizza.
Volví al hotel a descansar un rato y después salí a caminar por esta zona, que es el centro. Muchas ópticas y tiendas de ropa, y muy poca gente por la calle. Algunos edificios antiguos interesantes.
Volví cuando ya se estaba poniendo el sol.
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