miércoles, 4 de septiembre de 2013

VIAJE A MISIONES - DE EL SOBERBIO A IGUAZU Y VUELTA A CASA

Domingo 1/9/2013. También me desperté a la noche porque me molestaban las picaduras. A las 8 desayuné, hoy había torta de naranja y mermelada casera de maracujá, una delicia. 
Desde mi terraza se ve salir el sol del cerro brasileño al otro lado del río.



A las 10,30 me vino a buscar el remisero, pasamos por el cajero automático (en el interior hay que pagar todo en efectivo) y me dejó en la Terminal de El Soberbio.
Había una señora esperando en la Terminal, rubia, de ojos claros, como tanta gente en la zona, descendientes de los colonos alemanes y polacos. Tenía la piel de los brazos con manchas. Me contó que vivía allí en una chacra, que criaba chanchos y gallinas, y que para ella era un problema tener la piel tan blanca, porque el sol es muy fuerte en la zona y tenía que hacer tratamientos permanentemente. También me contó que su padre era alemán, pero que ella no hablaba el idioma. Habló conmigo en español, y al rato con el guarda del ómnibus en portugués, al ser una zona de frontera son todos trilingues: hablan también portugués y guaraní.
Me tomé el Expreso Prox a San Vicente. Tardó una hora para hacer 50 km, era un ómnibus desvencijado, las puertas no cerraban bien y había diarios en el piso. En el trayecto subió y bajó mucha gente.
En la Terminal de San Vicente esperé el ómnibus que iba a Iguazú. Salió a las 14 y llegó a las 19.15. Pasamos por San Pedro, Eldorado, Puerto Esperanza y Wanda. Me llamó la atención la cantidad de chicas muy jóvenes -de 20 años o menos- con dos o tres bebés. Mucha gente subía y bajaba en los pueblos, probablemente por ser domingo. En el camino, muchas araucarias, ese árbol tan pintoresco que también crece en la Patagonia.



Mi hotel estaba a tres cuadras de la Terminal, llegué enseguida. Salí a comer algo y me fui a dormir.

Lunes 2/9/2013. Me desperté a las 7 y llovía fuerte. Desayuné y fui a la oficina de turismo a preguntar qué se podía hacer en Iguazú un día de lluvia. Todas las atracciones son al aire libre, salvo el Duty Free Shop en la frontera con Brasil.
Tomé un ómnibus que me llevó hasta allí, pasé por Migraciones y caminé 200 metros hasta llegar. Recorrí el lugar, compré algunos chocolates y volví a la ciudad en el mismo ómnibus.
Me senté a comer en un restaurante frente al hotel que tenía wifi y leí.
A las 6 de la tarde me vino a buscar una combi que me recomendó el hotel y me llevó al aeropuerto. Llovió sin parar por lo menos desde las 7 de la mañana hasta las 4 de la tarde.

Mi vuelo salió a las 9 de la noche y llegó a Buenos Aires a las 11. Fue un muy lindo viaje. 

1 comentario:

  1. Que hermoso viaje, yo voy por primera vez en un mes, por casualidad, conoces el hotel saint george, estoy viendo de hospedarme ahi pero me gustaria tener alguna recomendación, es este hotel en iguazu. otra cosa, me recomendas mucha ropa de lluvia? gracias!!

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