VIAJE A ISLANDIA Y BATH - DE VIK A HOFN, EL GLACIAR VATNAJOKULL

Lunes 25/7/2016. A las 7 desayunamos y salimos. Desde el hotel se ve el glaciar Vatnajokull. 

Muy cerca está Vik, que tiene una iglesia arriba de un cerro. Desde allí se ven los tres trolls petrificados en el mar.

Entramos en una fábrica de tejidos, que tenía cosas preciosas y carisimas.

Esta es la zona del glaciar Vatnajokull y nos acercamos varias veces a él, es impresionante. Mirando el mapa de Islandia, el glaciar es la gran mancha blanca del sudeste.

Paramos nuevamente en Kirkjubajarklaustur a comer. Como había mucha gente compré skir, que es muy común aquí, y es lo que conocemos como yogur griego y es más parecido al queso crema que al yogur. También compré papas Pringles y un helado.

En Jokulsarlon tomamos un omnibus con ruedas que se metió en la laguna Jokulaarlon y se convirtió en barco.

Navegamos entre los témpanos desprendidos del glaciar. El guía era un italiano con aspecto de vikingo que sostuvo un largo rato en sus manos un pedazo grande de hielo y despues lo picó para que lo probaramos.

El barco salio de la laguna y se convirtió otra vez en ómnibus. La laguna tiene solo ochenta años y se formó por el retroceso de una lengua del glaciar.

Detrás del camión - barco venia una persona en un bote, que aparentemente solo tenia la función de alcanzarle un témpano al guía.

En algún lugar de la ruta camino a Hofn nos quedamos los que hacíamos la excursión opcional al glaciar Vatnajokull, el más grande de Islandia y de Europa y tercero del mundo, después de la Antártida y Groenlandia. Las opciones eran hacerlo en moto de nieve o en jeep, pero no me animé con la moto.

Resultó una experiencia maravillosa, y me alegré de haberlo hecho. La aventura comenzó con media hora de subida en jeep hasta el glaciar. Una vez allí los que iban en moto se pusieron unos enteritos térmicos, botas y cascos. A los demás nos ofrecieron botas, pero yo había llevado mis zapatillas waterproof.

Subimos a un vehículo oruga que entró al glaciar. No fue fácil subir al monstruo, era alto y había que ayudarse con unas sogas verdes que colgaban del techo. Tampoco era suave el andar de la oruga en la nieve.

En algún lugar del glaciar paramos y bajamos,  y aparecieron también los de las motos. Todos jugamos a tirarnos copos de nieve. Allá arriba en el glaciar era un día radiante de sol.

Aqui con Rosita:

º

Volvimos a la base, otra media hora en bajada, y nos llevaron al hotel en la zona de Hofn, otra vez en el medio de la nada, frente al mar. Llegamos a las 20,30, cenamos y a dormir.