viernes, 12 de abril de 2013

VIAJE A LOS ANTIGUOS, SANTA CRUZ - CAMINO DEL MONTE ZEBALLOS


Domingo 7/4/2013. Después de un copioso desayuno me fui a caminar. Así se veía el lago desde la ventana de mi cuarto:


No había nadie en la calle. Esta es la Av. 11 de Julio, la principal, ni un alma:


Llegué hasta el cajero del Banco de Santa Cruz en la Av. 11 de Julio, saqué plata, y me fui caminando hasta la Terminal de Ómnibus a averiguar horarios. Si no podía arreglar para ir a la Cueva de las Manos pensaba irme a Esquel. En total caminé unos 5 km, según me dijo José Luis, el remisero que nos llevó a la tarde al camino del Monte Zeballos.
Pasé por la Dirección de Turismo y me dieron el teléfono de un señor que es de Perito Moreno, a 60 km de Los Antiguos, que hace excursiones. Hablé con él y me cobra $ 900 por el viaje a la Cueva de las Manos. Sigue siendo demasiado caro. Le dejé mi teléfono y le dije que si tenía algún otro interesado que me llamara, porque el precio es por el viaje y no por persona.
A las 2 de la tarde me pasó a buscar José Luis y fuimos a buscar a la otra pasajera que es una odontóloga de Buenos Aires que está recorriendo Santa Cruz. Le conté lo de la Cueva de las Manos y me dijo que ella está interesada en ir, así que a la vuelta llamé otra vez y arreglé para ir las dos mañana lunes. Era una lástima irme de acá sin haberlo visto, así que al final todo salió bien.
El camino del Monte Zeballos es de ripio, yendo hacia el sur de Los Antiguos. Muchas formaciones rocosas extrañas y coloridas, ríos de montaña y puentecitos. Además de llevarnos, José Luis nos explicó cosas del lugar, paró todas las veces que quisimos sacar fotos, nos mostró cóndores a lo lejos y corrió a un piche, un bichito tipo armadillo, y lo agarró para que lo viéramos de cerca. El es de Buenos Aires, se casó con una santacruceña y se vino a vivir a Los Antiguos.




Este es el río Jeinimeni, que marca el límite entre Argentina y Chile:


Pasamos por este puente que a pesar del cartel, todos cruzan:


El Monte Zeballos está lleno de bosques de lengas, que en esta época tienen un color rojizo-amarillento.



Aquí está José Luis con el piche en la mano:


Volvimos a las 6,30 de la tarde. Desde allá arriba se veían el pueblo y el lago.


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