domingo, 3 de mayo de 2015

VIAJE A BOLIVIA - MAS LAGUNAS, MAS VOLCANES Y VUELTA A UYUNI

Sábado 2/5/2015. Quedé con Reinaldo en desayunar a las 6,30 y salir a las 7 de la mañana. Salimos a las 7, pero a los quince minutos debimos volver, tenía un problema mecánico con los platinos.
Los otros choferes lo ayudaron y entre todos pudieron arreglarlo, pero recién pudimos salir a las 8,30. Hacía mucho frío.



Mientras tanto aproveché para sacar fotos del Hotel de Piedra Ojo de Perdiz.






Allí cerca hay unas formaciones rocosas que llaman “Arbol de piedra”. Reinaldo se encontró con uno de sus hermanos. Son ocho, siete varones y una mujer, y los siete varones son choferes.





De allí nos dirigimos a la Laguna Colorada. 


Bajamos para acercarnos a los flamencos, había muchísimos.





Pasamos por el Salar de Chalviri, otro hermano pobre del Salar de Uyuni.


Vimos los géiseres, había muchas fumarolas y olor a azufre.



Más adelante paramos en la Cachilaguna, que tiene una pileta de agua termal y había gente bañándose.


Hacia el sur está el Desierto de Salvador Dalí. Reinaldo decía que Dalí había estado en Bolivia, yo estaba segura que no y lo confirmé cuando me pude conectar a Internet. Dalí nunca vino a Bolivia, pero varios de sus cuadros se asemejan a este paisaje.



Y finalmente llegamos al Volcán Licancabur y a la Laguna Verde, que tiene arsénico y cobre, pero ningún flamenco. Es definitivamente la más linda de todas las lagunas de la zona.



Yo ya había visto el Volcán Licancabur desde Atacama, al norte de Chile, y desde allí tiene una forma cónica perfecta, desde Bolivia se ve diferente.
Volvimos a la estación de aguas termales y comimos allí. Reinaldo siempre creía que me iba a quedar con hambre, después de todo esto trajo milanesas de pollo, puré y piña en almíbar.


A esta altura ya estaba cansada de tanta naturaleza salvaje, y de estar desconectada del mundo, quería volver a la civilización.
El camino a Uyuni fue largo, terminamos de comer a las 13,30 y llegamos a Uyuni a las siete de la tarde. En la mayor parte del recorrido no había camino, sólo huella, y donde había camino era de ripio.





A las cuatro de la tarde Reinaldo volvió a tener problemas con los platinos de la camioneta, pero en diez minutos lo arregló y seguimos viaje.
En el camino paramos en San Cristóbal, un pueblo muy prolijo, donde fui al baño y tomé un café. Casi todo el pueblo trabaja en Minera San Cristóbal, una empresa japonesa que extrae plata a cielo abierto. El pueblo tiene aeródromo.



Finalmente llegamos a Uyuni y Reinaldo me dejó en el Hotel Jumari, que tenía reservado. Pude leer los diarios y volver al mundo civilizado. Salí a comer algo y volví al hotel. Hacia mucho frío en Uyuni, mi habitación tenia estufa y me dieron una bolsa de agua caliente. En este hotel también habia electricidad por paneles solares, pero la única recomendación que me hicieron fue que dejara correr el agua para que saliera caliente.

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