Este es un arbusto muy común en la isla y muy original, pero nadie sabe el nombre:
Fuimos
al sur de la isla y paramos en Ana Kai Tangata, que es una gruta donde se
reclutaba a los candidatos para la competencia del hombre pájaro en Orongo. Para
llegar tuvimos que bajar una escalera bastante siniestra, y después subirla.
Pero el espectáculo allí abajo es impresionante, con las olas rompiendo contra
la piedra volcánica negra.
Después
paramos en la ruta en un lugar elevado, desde donde se veían las dos orillas de
la isla y el aeropuerto, y justo llegaba el avión de Lan desde Tahití.
Finalmente
llegamos a Orongo, que era la aldea ceremonial donde se celebraba la
competencia del hombre pájaro, y la tribu que ganaba regía la isla durante el
año siguiente.
En la entrada a Orongo, está el símbolo del hombre pájaro:
Los valientes se lanzaban al mar desde esta piedra elevada,
nadaban hasta el más grande de los tres islotes que están frente a la costa,
aproximadamente a un kilómetro, y allí esperaban que el pájaro llamado manutara
pusiera sus huevos.
Ganaba quien conseguía uno de esos huevos y nadaba
nuevamente hacia la costa sin que se dañase.
Allí
también está el cráter de un volcán sin actividad hace millones de años.
Nuestra
última parada fue en Vinapu, plataforma con moais derribados y sólo uno en pie.
Volvimos
a Hanga Roa a la una de la tarde, y salí a pasear. Caminé por la
Av. Atamu Tekena hasta Te Pito Ote Tenua,
que sale a La Caleta. Desde
allí para el norte hacia Tahai. Pero antes pasé por varios moais con espaldas
muy decoradas, no sé exactamente pero me parece que es ahí donde se hace el
festival Tapati Rapa Nui en el mes de febrero.
Después está el cementerio, un
lugar espectacularmente alegre, al lado del mar y lleno de flores.
Justo al norte del cementerio, y también al lado del mar está Tahai.
Justo al norte del cementerio, y también al lado del mar está Tahai.
Es un
sitio arqueológico con dos ahu (altares) y en el medio de ellos, un
embarcadero. En el ahu más al norte hay un solo moai al que le han puesto ojos
de coral. En el ahu del sur hay cinco moais. Todos los moais dan las espaldas
al mar.
También hay un moai derribado en Tahai:
También hay un moai derribado en Tahai:
De
Tahai un camino sube 300 metros hasta el Museo. Allí hay algún moai,
petroglifos, carteles con historias de la isla, y también la historia del cura
alemán Sebastián Englert, que vivió mucho tiempo aquí y escribió libros sobre
sus experiencias. También está en el Museo el único ojo original de moai que se
encontró.
Caminé
otra vez hacia el centro y en el camino comí pizza y tomé jugo mix de guayaba y
papaya. Después pasé por el super y compré vino y galletitas.
En el camino desde Tahai vi caballos, andan sueltos por la isla:
A las 9 de la noche había un espectáculo de danzas
rapa nui sobre En el camino desde Tahai vi caballos, andan sueltos por la isla:
Estaba lleno. Para mí gusto fue demasiado ruidoso. En el medio del espectáculo empezó a llover muy fuerte. Cuando volvimos a las 10,15 de la noche abrí la puerta de la cocina (hay una llave escondida por allí) para sacar el destapador y vasos. Hay un gatito y salió al patio. Los cuatro chinos de Hong Kong también entraron en la cocina para hacer té. Nos sentamos en el patio a tomar una copa de vino. Cuando terminamos, antes de cerrar, quise convencer al gato de que entrara, se lo pedí en español y en inglés, pero no quería. Le pedí ayuda a uno de los chinos de Hong Kong que estaba en el patio con su teléfono, lo agarró y lo entró.
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