miércoles, 10 de octubre de 2012

VIAJE A CHILE - ISLA DE PASCUA


Lunes 8/10/2012. A las 6 me desperté, era de noche. Me bañé y a las 7 estaba en el patio del fondo escribiendo. A las 8,30 recién sirven del desayuno, pero a las 8 ya nos ofreció tomarlo. En el comedor las cinco mesas estaban ocupadas, yo la única latinoamericana.
Vino Cecilia, que es la guía que nos ofrecieron, y que nos va a llevar a pasear por el este y el norte de la isla todo el día. Salimos a las 9,30 y regresamos a las 5 de la tarde. Le pregunté si ella era rapa nui, y me contó que es mestiza, su madre es rapa nui y su padre norteamericano, y ella se casó con un rapa nui.
Paramos en la estación de servicio a cambiar dolares y a comprar bebidas. La gente acá prefiere cobrar en pesos chilenos y no en dolares. Nuestra primera parada fue en Ahakanga, al este de la isla. 




Era una aldea que permanece igual hace 500 años, porque hay vestigios de lo que eran las casas bote de los rapanui, y también grutas. Todos los moais están derribados. Hay umu pae, que son hornos para cocinar con piedra volcánica caliente.



Todos los moais de la isla en algún momento fueron derribados por las peleas entre tribus, los que ahora están en pie es porque recientemente los restauraron.
En Akahanga había 12 moais, y todos están derribados.






De allí fuimos a Rano Raraku, La Cantera, o la fábrica de moais, que es un lugar fascinante. 



Aquí se tallaban, y desde aquí se transportaban a su lugar definitivo. Hay muchísimos, de todos los tamaños. En las laderas se ven los huecos de donde sacaban los moais después de tallarles el frente.











Desde Rano Raraku se ven los 15 moais restaurados de Ahu Tongariki, en la orilla del mar y dándole las espaldas.



Caminando llegamos al cráter del volcán, lleno de agua y convertido en lago, alrededor más moais.




Nuestra siguiente parada fue allí cerca, en Ahu Tongariki, donde están los 15 moais restaurados. Impresionante, les saqué decenas de fotos. 










Sólo uno de los moais de Ahu Tongariki tiene pukao, que es el pelo o peluca. Cada pukao era fabricado especialmente para un moai, y se ajustaba a su cabeza. Pero el tsunami de 1960 los dañó, y los pukao ya no se ajustaban, por eso los restauradores los dejaron a un costado.



Allí está también el llamado moai viajero, que fue en préstamo a Japón para ser exhibido y volvió a la Isla.






En Ahu Tongariki también hay petroglifos. Se ven caras humanas, el hombre pájaro, tortugas y peces, todo a la intemperie.


Desde Ahu Tongariki se ve La Cantera, está muy cerca:



La siguiente parada fue en Te Pito Kura, el ombligo del mundo, allí hay una piedra con gran contenido de hierro que engaña a las brújulas y les confunde el norte, y también un gran moai derribado.


Hay que aclararle a los turistas que los moais derribados no se pueden pisar. Increíble.


La última parada fue en Anakena, una playa de arena blanca con palmeras, que según la tradición fue adonde llegaron desde Polinesia los primeros habitantes de la isla. 





Allí también hay moais, en la misma playa. 




La excursión incluía una empanada gigante y una bebida en Anakena. Allí nos sentamos a comer en uno de los bares de la playa.
Volvimos a Hanga Roa a las 5 de la tarde por el centro de la isla, que fue reforestada. Pude leer los diarios, ver los mails y pedir paciencia a mis lectores ansiosos que reclaman novedades, pero no subir las fotos al post, porque la conexión es lentísima.
Esto es un hostal y todos tenemos acceso a la cocina, a la heladera y a la vajilla, o sea que acá uno puede cocinar. Sólo compré pan, queso y chocolate y comí un sándwich.
Salvo en algunas partes de la costa donde hay viento fuerte, en realidad aquí ya es verano, en Anakena había gente bañándose en el mar. 

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