Miércoles 17/4/2019. Me desperté como nueva. Recién a las 9 venía Kamol a buscarme para ir al Museo de Arte de Karakalpakstan, que quedaba solo a dos o tres cuadras del hotel.
En el lobby tienen esta mesa doble, de madera laqueada, me enamoré de ella y me la llevaría a casa si pudiera.
En el Museo de arte no se podía sacar fotos. Son dos edificios idénticos y contiguos. Están sobre la plaza principal de la ciudad, de estilo soviético, desproporcionadamente grande.
Vi varias cosas muy interesantes. Tejidos de Uzbekistán con dibujos que usaban habitualmente los incas, no me imagino una explicación a esta coincidencia. Me llamó mucho la atención el uso de la cruz andina en dibujos y tejidos. Esta cruz, que usaban los incas, no tenia sentido religioso sino que indicaba los meses de la siembra y la cosecha.
Pintores rusos impresionistas no tenía idea de que existieran, y allí están sus obras. El mejor que vi: "Fog in the river", de un pintor ruso llamado Sokolov. Si no hubiera tenido un cartel hubiera pensado que era de un impresionista francés. De este pintor hay referencias en Google. De quien no encontré nada es de otro pintor llamado Nikitrin. Hay un cuadro muy bueno de este autor en el Museo que se llama "The old and the new".
En la tienda del Museo compré algunos recuerdos y regalos.
Después fui al otro edificio, que es contiguo e idéntico, donde hay más cuadros. Un pintor llamado Lepesov pintó los girasoles, como Van Gogh. Lepesov también pintó un cuadro llamado "Song", donde hay tres niños que parecen bostezar. El cuadro que más me gustó en este segundo museo se llama "At the window", y lo pintó Tajimuratov. Hay una mujer vestida de rojo en primer plano, y detrás suyo la ventana, ella mira hacia adelante.
No pude encontrarlos en Internet.
El baño del Museo es suntuoso, tiene revestimiento de cerámica con estas guardas.
Aqui se ven los dos edificios del museo, contiguos e idénticos.
Después fui con Kamol al mercado, que está muy cerca, y también a una tienda de souvenirs, donde compré tres cuencos de los que usan para tomar el té.
Faltaban varias horas para las 6 de la tarde que venía el transfer a buscarme para ir al aeropuerto, comí pizza en el hotel y me entretuve con internet.
El vuelo de Nukus a Tashkent duró exacatamente una hora. Me estaban esperando para llevarme al hotel Ramada. Tashkent era todo luces. Al día siguiente venía el presidente de Corea del Sur en visita oficial.
Jueves 18/4/2019. Por primera vez en todo el viaje no puse el despertador, me desperté sola 7,30. Desayuné y me quedé leyendo y escribiendo hasta las 12. Esta es la última foto de Tashkent desde mi ventana del hotel Ramada.
A las 12,30 me vino a buscar Zarnigor con el chofer para ir al aeropuerto. Zarnigor me trajo de regalo una vasija que parece una granada y me dijo que al otro chofer (el que se puso loco cuando estuve por primera vez en Tashkent) lo tienen castigado por seis meses, me dio un poco de culpa, no será demasiado?
El vuelo a Moscú salió puntual y tardó algo menos de cuatro horas, pero estuvimos veinte minutos dentro del avión hasta que pudimos salir, ni idea porqué.
Por el control de seguridad había que pasar a los empujones, no había filas sino que pasaba primero el que empujaba más.
Llegué con comodidad a la puerta de embarque del vuelo de Moscú a Barcelona. Los aviones de Aeroflot salen con estricta puntualidad. En casi cinco horas llegamos. Pero mi valija otra vez quedó en Moscú.
Por suerte tuve tiempo de hacer el reclamo, porque como viajaba en distintas aerolíneas tuve que entrar al país, hacer el checkin en Iberia y salir del país. El hombre que me atendió me dijo que la valija llegaba a Barcelona a la mañana siguiente, y que de ahí la enviarían a Buenos Aires. Me dio un número de reclamo y me dijo que podía averiguar en la página de internet de Aeroflot el recorrido de la valija.
Pasé otra vez el control de seguridad, salí del país y esperé la salida del vuelo de Iberia a Buenos Aires.
Viernes 19/4/2019. Antes de salir compré un sandwich de jamón ibérico y una Fanta limón. A la 1.30 salió el avión de Iberia. En Buenos Aires eran las 20.30 del día anterior.
El avión venía con muchos asientos libres, y conseguí un pasillo con facilidad en el grupo de los cuatro asientos del medio. Todos estaban vacíos. Recién pude dormir cuando sobrevolaba Brasil, porque hasta ese momento hubo ligera turbulencia, y con turbulencia no puedo dormir.
Llegó a Buenos Aires 9.30. Muchísima gente en Ezeiza, y hace calor en BA.
En el lobby tienen esta mesa doble, de madera laqueada, me enamoré de ella y me la llevaría a casa si pudiera.
Vi varias cosas muy interesantes. Tejidos de Uzbekistán con dibujos que usaban habitualmente los incas, no me imagino una explicación a esta coincidencia. Me llamó mucho la atención el uso de la cruz andina en dibujos y tejidos. Esta cruz, que usaban los incas, no tenia sentido religioso sino que indicaba los meses de la siembra y la cosecha.
Pintores rusos impresionistas no tenía idea de que existieran, y allí están sus obras. El mejor que vi: "Fog in the river", de un pintor ruso llamado Sokolov. Si no hubiera tenido un cartel hubiera pensado que era de un impresionista francés. De este pintor hay referencias en Google. De quien no encontré nada es de otro pintor llamado Nikitrin. Hay un cuadro muy bueno de este autor en el Museo que se llama "The old and the new".
En la tienda del Museo compré algunos recuerdos y regalos.
Después fui al otro edificio, que es contiguo e idéntico, donde hay más cuadros. Un pintor llamado Lepesov pintó los girasoles, como Van Gogh. Lepesov también pintó un cuadro llamado "Song", donde hay tres niños que parecen bostezar. El cuadro que más me gustó en este segundo museo se llama "At the window", y lo pintó Tajimuratov. Hay una mujer vestida de rojo en primer plano, y detrás suyo la ventana, ella mira hacia adelante.
No pude encontrarlos en Internet.
El baño del Museo es suntuoso, tiene revestimiento de cerámica con estas guardas.
Faltaban varias horas para las 6 de la tarde que venía el transfer a buscarme para ir al aeropuerto, comí pizza en el hotel y me entretuve con internet.
El vuelo de Nukus a Tashkent duró exacatamente una hora. Me estaban esperando para llevarme al hotel Ramada. Tashkent era todo luces. Al día siguiente venía el presidente de Corea del Sur en visita oficial.
Jueves 18/4/2019. Por primera vez en todo el viaje no puse el despertador, me desperté sola 7,30. Desayuné y me quedé leyendo y escribiendo hasta las 12. Esta es la última foto de Tashkent desde mi ventana del hotel Ramada.
A las 12,30 me vino a buscar Zarnigor con el chofer para ir al aeropuerto. Zarnigor me trajo de regalo una vasija que parece una granada y me dijo que al otro chofer (el que se puso loco cuando estuve por primera vez en Tashkent) lo tienen castigado por seis meses, me dio un poco de culpa, no será demasiado?
El vuelo a Moscú salió puntual y tardó algo menos de cuatro horas, pero estuvimos veinte minutos dentro del avión hasta que pudimos salir, ni idea porqué.
Por el control de seguridad había que pasar a los empujones, no había filas sino que pasaba primero el que empujaba más.
Llegué con comodidad a la puerta de embarque del vuelo de Moscú a Barcelona. Los aviones de Aeroflot salen con estricta puntualidad. En casi cinco horas llegamos. Pero mi valija otra vez quedó en Moscú.
Por suerte tuve tiempo de hacer el reclamo, porque como viajaba en distintas aerolíneas tuve que entrar al país, hacer el checkin en Iberia y salir del país. El hombre que me atendió me dijo que la valija llegaba a Barcelona a la mañana siguiente, y que de ahí la enviarían a Buenos Aires. Me dio un número de reclamo y me dijo que podía averiguar en la página de internet de Aeroflot el recorrido de la valija.
Pasé otra vez el control de seguridad, salí del país y esperé la salida del vuelo de Iberia a Buenos Aires.
Viernes 19/4/2019. Antes de salir compré un sandwich de jamón ibérico y una Fanta limón. A la 1.30 salió el avión de Iberia. En Buenos Aires eran las 20.30 del día anterior.
El avión venía con muchos asientos libres, y conseguí un pasillo con facilidad en el grupo de los cuatro asientos del medio. Todos estaban vacíos. Recién pude dormir cuando sobrevolaba Brasil, porque hasta ese momento hubo ligera turbulencia, y con turbulencia no puedo dormir.
Llegó a Buenos Aires 9.30. Muchísima gente en Ezeiza, y hace calor en BA.