Sábado 13/4/2019. A las 7,40 ya había desayunado y había hecho el checkout y vino el ómnibus. Sólo una pareja con un chiquito y yo estábamos en este hotel, los demás estaban en otro.
A las 8 en punto salimos hacia el norte, a Khiva. Puro desierto. Se llama Kyzyl Kum.
En un momento el ómnibus paró al costado de la ruta y todos bajaron. La chica rusa me dijo que eran sólo cinco minutos para estirar las piernas. Según mi mapa off line de la zona ya habíamos hecho el 60% del trayecto y estábamos sobre la frontera con Turkmenistán.
A las 12,30 paramos en un restaurante. Tomé este jugo de arándanos y comi estos extraños ravioles rellenos de carne. Estaban muy buenos.
Eramos unas diez personas en la mesa, y otros comieron ravioles rellenos de huevo, pluv, sopa y los pinchos de carne que son muy populares. Los rusos toman té verde con limón con la comida. Es un té muy pálido, parece agua caliente.
Ya cerca de Khiva se acabó el desierto y el paisaje es verde, con muchos árboles.
A las 15,45 estábamos entrando en Khiva. Se ven cúpulas azules y una gran muralla.
En este hotel Bek solo bajamos la chica rusa que viaja con la madre y yo. Los demás se fueron a otro.
Me quedé dormida y me desperté a las 19. El hotel tiene un bar, pero solo hay café y bebidas. Caminé unas cuadras y lo único que encontré fue un pequeño almacén, donde compré una bolsa de papas fritas y unas galletitas. Tengo cafetera en mi cuarto.
Más cúpulas azules.
A las 8 en punto salimos hacia el norte, a Khiva. Puro desierto. Se llama Kyzyl Kum.
Las primeras dos horas fueron de infierno. Una ruta común de ida y vuelta totalmente destruida. Más o menos a las 10 de la mañana la ruta se convirtió en autopista de cuatro carriles con mantenimiento aceptable.
En un momento el ómnibus paró al costado de la ruta y todos bajaron. La chica rusa me dijo que eran sólo cinco minutos para estirar las piernas. Según mi mapa off line de la zona ya habíamos hecho el 60% del trayecto y estábamos sobre la frontera con Turkmenistán.
A las 12,30 paramos en un restaurante. Tomé este jugo de arándanos y comi estos extraños ravioles rellenos de carne. Estaban muy buenos.
Eramos unas diez personas en la mesa, y otros comieron ravioles rellenos de huevo, pluv, sopa y los pinchos de carne que son muy populares. Los rusos toman té verde con limón con la comida. Es un té muy pálido, parece agua caliente.
Ya cerca de Khiva se acabó el desierto y el paisaje es verde, con muchos árboles.
A las 15,45 estábamos entrando en Khiva. Se ven cúpulas azules y una gran muralla.
En este hotel Bek solo bajamos la chica rusa que viaja con la madre y yo. Los demás se fueron a otro.
Me quedé dormida y me desperté a las 19. El hotel tiene un bar, pero solo hay café y bebidas. Caminé unas cuadras y lo único que encontré fue un pequeño almacén, donde compré una bolsa de papas fritas y unas galletitas. Tengo cafetera en mi cuarto.
Más cúpulas azules.
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