viernes, 12 de abril de 2019

VIAJE A UZBEKISTÁN - DE SAMARCANDA A BUKHARA

Jueves 11/4/2019. A las 7,55 salimos en el autobús para Bujara, donde llegamos 12,30. En general la autopista era un poco mejor que en el tramo de Tashkent a Samarcanda, pero hay partes muy dañadas.
Aquí saliendo de Samarcanda, ésta es típica arquitectura uzbeka, ventanas que abarcan varios pisos.


El guía habló mucho durante el viaje, en ruso, y no entendí una sola palabra. Mis guías están en los destinos y no en rutas. Cuando habían pasado entre dos y tres horas de viaje el ómnibus paró y todos empezaron a bajar, yo también lo hice, sin saber qué era lo que pasaba.
Sólo dos de los rusos me dirigieron la palabra, en inglés: una chica joven que viaja con la madre y un señor que viaja solo y que conoce Colombia y Chile. Ellos me dijeron que era una parada de las caravanas de la ruta de la seda.



Luego cruzamos la autopista para ver la fuente de agua.







Luego volvimos al ómnibus y alrededor de las 12,30 llegamos a Bukhara o Bujara. El programa decía que hacíamos checkin en el hotel al llegar, pero como no lo respetan, bajamos del ómnibus en este lugar, para ir a un restaurante a almorzar. El guía le pidió a la chica rusa que me dijera que allí me esperaba mi guía, un papelón.


En la parte exterior del restaurante había varias de estos muebles que llaman "camas turcas".



Alli estaba mi guía Umid, y después de comer unos pinchos de carne me fui con él a recorrer Bujara.
Alli muy cerca había un mausoleo dedicado al rey Ismael.



Después fuimos a esta mezquita, siempre caminando. Las columnas son de madera.


Me tuve que alejar para sacar la foto, es muy grande.


Caminando hacia la Ciudadela, la ciudad original amurallada, a lo lejos se veían cúpulas azules.


La Muralla esta reconstruida porque fue bombardeada por los bolcheviques en 1918.


Aquí se ve una parte no reconstruida, que dejaron para que no se olvide la historia.


A unas cuadras estaba la plaza Poy Kalyan, donde hay una madrasa y una mezquita con su minarete.















Por último,  llegamos a las dos madrasas enfrentadas, de Abdulaziz Khan y de Ulugbek.






Los uzbekos cobran entrada y adentro hay shopping, y los puesteros seguro pagan canon, un negocio redondo!


Desde allí volvimos al hotel en taxi. Estaba muy cansada y me dolían los pies de tanto caminar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario