Domingo 26/7/2015. Salí a las 8,30, llovíznaba y no
había nadie en la calle. Todo estaba cerrado, pero encontré un kiosco donde
pude comprar un café y fudge, como lo hacía mi suegra pero un poco picante.
Volví al hotel y fui caminando hasta la estación de
tren. Me mojé bastante. No hay nada directo a Cork hoy domingo, así que el
único camino era tomar el tren a Waterford, allí buscar la estación de ómnibus
y tomar uno a Cork.
El tren salió puntual a las 10.47 y 11.20 llegó a
Waterford. Llovía y sabía que eran dos kilómetros hasta Parnell Street, así que
tomé un taxi. Pero el Sr. Google no me mandó a la estación de ómnibus, sino a
una parada en la calle. El taxista me dejó allí y me dijo que el ómnibus era el
40. Pero eran las 11,30 y el 40 pasaba 13,05!!
Paró de llover, así que caminé tres o cuatro cuadras
para cada lado para buscar un lugar donde sentarme y tomar un café mientras
esperaba, pero todo estaba cerrado. Lo único que encontré fue un supermercado
donde compré un sándwich y un jugo. En ese paseo se fue más de media hora.
Volví a la parada, comí el sándwich y esperé hasta las 13,05 cuando llegó el
40.
Fueron un poco más de dos horas de viaje hasta Cork.
Parte del trayecto bordeamos el mar, pasamos por dos ciudades que están sobre
el Atlántico y que encontré en mi mapa: Tramore y Youghal. Llovía.
A las tres y media de la tarde llegamos a Cork, que
es una ciudad grande. Pregunté en la estación de ómnibus y me indicaron cómo
llegar a Coburg Street, donde está mi hotel, era cerca, cruzando el río Lee.
Dejé mi equipaje y salí a caminar por la calle
principal, St. Patrick Street, que tiene unas luminarias muy originales.
Quise
ir al Mercado Inglés pero estaba cerrado.
Mi ventana da a la calle y justo enfrente hay una
funeraria, pero también casas de colores.
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