Miércoles 22/7/2015. Dormí muchas horas y me
desperté recién a las 8, porque hablaban en la cocina, que está justo frente a
mi puerta. Tomé café con tostadas con queso untable, y parte de la ensalada de
frutas que compré ayer. Es muy bueno tener la cocina tan cerca, con heladera,
microondas y tostador.
Salí por la puerta principal y fui a tomar el bus
turístico para ir directo a la cárcel de Dublín, que ahora es un museo. Es
Kilmainham Gaol, que está al oeste de la ciudad. Hay una visita guiada en la
que muestran las celdas, los pasillos y los patios de ejecuciones.
Poco hablan
de los presos comunes y mucho de los presos políticos. Todos los jefes de la
rebelión de Pascua de 1916, que procuraban la independencia de Irlanda, fueron llevados a Kilmainham y ejecutados
allí. El último prisionero de Kilmainham fue Eamon de Valera, que más tarde fue
presidente de la República
de Irlanda.
A media cuadra estaba el IMMA, Irish Museum of
Modern Arts, y fui allí. Desde la entrada hasta el Museo hay unos 500 metros de
jardines.
Desde allí se ve el monumento al Duque de Wellington en el Phoenix
Park.
Me gustó esta obra, pintada directamente sobre la
pared del museo.
Volví a caminar los 500 metros hasta la entrada y
volví a la puerta de Kilmainham Gaol, donde tiene la parada el bus turístico,
llegó enseguida y me bajé en el Museo de los Escritores de Dublín. Antes de
entrar comí un sándwich de pollo con queso en un bar. A los irlandeses les
encanta esta combinación y a mi también, el queso es cheddar rallado.
Irlanda es un país con muchos escritores famosos: Bernard
Shaw, Jonathan Swift, Oscar Wilde, Yeats, James Joyce, Samuel Beckett. Muchos
de ellos estudiaron en el Trinity y Joyce y Beckett recibieron premios Nobel de
literatura. En el museo hay objetos e historias de varios de ellos.
Cerca del obelisco de acero inoxidable de O´Connell
Street está la estatua de James Joyce.
Quería encontrar a Molly Malone y me costó bastante. Buscándola pasé por Temple Bar, que es la zona cool de la ciudad, con bares, restaurantes y murales.
Suffolk Street donde está la escultura que es un símbolo de Dublín es una
callecita oblicua y no la podía encontrar. Pero finalmente la vi:
Hay una canción popular de Irlanda que es el himno no oficial de Dublín, que cuenta la historia de Molly, que era una
pescadera que vendía por las calles mejillones y berberechos en el siglo XVII:
In
Dublin's fair city, where the girls are so pretty
I first
set my eyes on sweet Molly Malone
As she
wheeled her wheelbarrow through streets broad and narrow
Crying
cockles and mussels alive a-live O!
A-live
a-live O! A-live a-live O!
Crying
cockles and mussels alive a-live O!
She was
a fishmonger and sure it was no wonder
For so
were her father and mother before
And
they both wheeled their barrows through streets broad and narrow
Crying
cockles and mussels alive a-live O!
A-live
a-live O! A-live a-live O!
Crying
cockles and mussels alive a-live O!
She
died of a fever and no one could save her
And
that was the end of sweet Molly Malone
Now her
ghost wheels her barrow through streets broad and narrow
Crying
cockles and mussels alive a-live O!
A-live
a-live O! A-live a-live O!
Crying
cockles and mussels alive a-live O!
A-live
a-live O! A-live a-live O!
Crying
cockles and mussels alive a-live O!
Dejé a Molly en Suffolk Street y me fui caminando a la National Gallery.
Pasé rápidamente por la pintura religiosa y encontré a Monet y a Picasso, y
también a irlandeses, Yeats el pintor y Scully.
Volví al Trinity muy cansada, en el camino me compré
chicken fingers para la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario