Jueves 23/7/2015. Me levanté temprano y fui a
desayunar a la cocina. Estuve conversando con una profesora de inglés de Avila
(en inglés, me dijo que en Irlanda no habla otro idioma) que está haciendo un
curso aquí en el Trinity.
Después me fui hasta la Estación Pearse del DART
(Dublín Area Rapid Transit) que queda al lado del Trinity y compré un ticket
para ir a Sandycove.
Esta es una localidad al sur de Dublín, sobre el mar,
donde está el Museo James Joyce, en la torre donde transcurre la primera parte
de su libro “Ulises”. Fueron 25 minutos de viaje.
En el museo hay cartas, fotos y libros de Joyce, y
subiendo una escalera caracol de piedra siniestra, la habitación recreada con
muebles y objetos. También explica que en la costa había varias de estas torres, construidas como defensa durante las guerras napoleónicas.
La escalerita sigue hacia arriba, y hay una terraza
desde donde se ve el mar y las colinas.
Cuando terminé mi visita caminé otra vez hasta la
estación de tren.
Sandycove es un pueblo muy cuidado y tranquilo.
Bajé otra vez en Pearse y caminé hasta el St.
Stephen Green Shopping Center, en King´s Street, para comprar unos auriculares
para mi hijo Gareth. Espectacular edificio.
Volví al Trinity para dejar los paquetes y
descansar, y al rato fui al Castillo de Dublín, en Dame Street. Todo está
cerca, pero hay que caminar. Al llegar vi una novia.
Hice la visita guiada y me encantó. La guía era muy
buena. Primero nos llevó hacia el sótano del castillo, donde aún se ven paredes
del primer asentamiento vikingo y del castillo normando construido sobre él. Hubo un incendio y destruyó parte del
castillo, y fue el rey Jorge III quien construyó uno nuevo y más lujoso.
En el castillo de Dublín vivía el virrey,
representante del rey de Inglaterra que dominó Irlanda durante 700 años, hasta
la proclamación de la
República en 1922.
Fuimos a la Chapel
Royal (la guía era excelente pero no supo explicarme porqué
el nombre con el adjetivo al final), con ventanas muy bonitas y un
impresionante órgano. Originalmente se usaba exclusivamente para el culto
protestante, pero en la actualidad sólo se usa como salón de música.
Finalmente pasamos a los salones del palacio, todos
suntuosos, y al salón del trono.
Volví al Trinity agotada, y en el camino me compré
pizza de pollo y frambuesas.
Esta es mi habitación en el Trinity College:
Y esta la Casa 51, donde está mi cuarto:
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