Viernes 24/7/2015. Después de desayunar me fui
caminando hasta Kildare Street, donde está el Museo de Arqueología e Historia.
Llegué demasiado temprano, abre a las 10. Mientras tanto leí en mi guía lo que
iba a ver.
Cuando entré fui directamente al Tesoro, para ver
los objetos de oro que allí se exhiben y que fueron encontrados en diferentes
partes de Irlanda, sobre todo un cáliz y un broche para sujetar ropa.
Hay un bote tallado en madera de una sola pieza de
19 metros de largo hace 5000 años.
Después fui a la muestra “Irlanda vikinga”, donde
hay réplicas de una embarcación y de una casa vikinga, vasijas y objetos.
Volví al Trinity College porque a las 12 era la
visita guiada en español.
La guía era Carmen, italiana, muy simpática y
estudiante de turismo en el Trinity. Ella y otros chicos que venden los tours
guiados están vestidos con la toga de la universidad.
Sólo éramos cuatro: tres españoles y yo. La
universidad fue fundada en 1592 y al principio sólo se estudiaba derecho,
medicina, ciencias y teología. Ahora hay 600 carreras para elegir.
En la capilla, que es el primer edificio a la
izquierda, hay servicios de los cultos católico, anglicano, presbiteriano y
metodista. Los estudiantes pueden casarse en la capilla hasta diez años después
de graduados.
Sólo en 1904 el rector autorizó de mala gana el
ingreso de mujeres a la Universidad. Hoy
tiene 17000 estudiantes y el 60% son mujeres. Contó Carmen que cuando se
gradúan las mujeres se sacan una foto con su estatua, para fastidiarlo.
Nos mostró el edificio de estilo veneciano que es el
Departamento de Geología y la esfera dorada que está frente a la biblioteca
nueva.
Sobre el Libro de Kells que luego veríamos en la
biblioteca antigua nos contó que es el Evangelio escrito en el año 800 por
monjes irlandeses en el Monasterio de San Columbus, en la isla escocesa de
Iona. Tiene detalladas ilustraciones en varios colores.
Había una fila muy larga para entrar a ver el Libro
de Kells, y como ella no entraba con nosotros, sugirió esperar a la tarde.
Mientras tanto volví a mi cuarto, comí parte de la
pizza de pollo de ayer y, como el Trinity es una ciudad, tiene laundry, así
que fui a lavar mi ropa. Hay quince lavadoras/secadoras y por 4,50 euros lavé
todo y me llevé todo seco.
Después volví a la biblioteca a ver el Libro de
Kells. Está debajo de una vitrina y sólo se puede ver una hoja de texto y otra
de ilustraciones. Es muy bonito, pero lo que realmente me impresionó fue la
biblioteca antigua, un largo salón con 200000 libros.
Salí del Trinity y me fui a pasear por el río Liffey
y averigüé cómo ir mañana a Houston Station.
En el camino encontré el KFC que
había visto el primer día y que no había podido volver a encontrar. Me compré
pop corn para festejar.
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