Viernes 11/1/2013. A las 7,30 me fui a
desayunar sola, todas dormían. Temprano pude subir fotos, hay mejor conexión a
la mañana. A las 10 salimos para Alsisar, al norte, a la zona del desierto. En
la ruta se veían camellos, vacas y cabritos.
A las 12 paramos en un bar de la ruta para
tomar café. Antes de pedir pregunto si el agua es segura, hasta ahora venimos
zafando de los problemas digestivos, claro que hasta nos lavamos los dientes
con agua mineral.
Más o menos a las dos de la tarde llegamos a
Mandawa, un pueblito polvoriento donde hay havelis, que son frescos pintados en
las casas. También hay vacas sueltas en las calles, que hasta ahora no habíamos visto. Son sagradas, es delito dañarlas y los autos, las motos y los tuctucs las esquivan.
Un chico que se llamaba Kala nos llevó a recorrer las casas con
frescos, la mayoría en mal estado de conservación.
Había mucha sequedad en el ambiente y empecé
a sentirlo en la garganta, en los ojos y en la nariz. Me compré una coca cola
para reanimarme pero llegué a Alsisar, donde íbamos a dormir, sintiéndome
bastante mal. El hotel Indra Vilas tiene aspecto de monasterio, con todas las
habitaciones que dan a un jardín central y los cuartos son salas de baile de
tan grandes. Elba, Mirta y Cristina estaban en mejor estado porque viven en un
lugar seco, así que se fueron a ver los havelis de Alsisar y yo me quedé en el
hotel descansando.
A la noche ya me sentía mejor, y nos quedamos a cenar en el hotel, pollo picante como siempre.
Todos los hoteles de India tienen al lado del inodoro un duchador, porque parece que los indios no usan papel higiénico, sino que se lavan después de usar el baño:
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