Martes 22/1/2013. A las 7 nos vino a buscar
Rewat para ir al aeropuerto. Nos despedimos de él, que fue muy amable siempre
con nosotras estos quince días.
Nuestro avión tenía horario de salida a las
10,55 pero salió 11,15 y tardó una hora y quince minutos en llegar a Kathmandú.
En el free shop del aeropuerto de Delhi me compré una tablet Lenovo que pagué
250 dolares. Se veían desde la ventanilla del avión las montañas nevadas del
Himalaya.
Aquí estamos las cuatro en el aeropuerto de Delhi con un enorme elefante:
Sabíamos que teníamos que tramitar la visa en
el mismo aeropuerto. Hicimos una cola de más o menos media hora y nos cobraron
25 dolares a cada una.
Además cambiamos rupias nepalíes. Tienen números normales de un lado, pero en el otro unos que no se entienden:
Afuera nos estaban esperando y nos trajeron
al Hotel Marshyandgi, bastante lejos del aeropuerto y en zona muy comercial. El
tráfico en Kathmandú no es tan demencial como en las ciudades indias, pero
también se ve mucha basura en las calles y mucha pobreza.
El hotel es bonito pero no tanto como los
palacios donde nos alojamos en India. Hace frío, y nos dijeron que hay cortes
de luz en la ciudad todos los días hasta las 8 de la noche y hasta esa hora no
se puede prender el split del cuarto. No funciona el ascensor y sólo hay luz de
emergencia en los cuartos hasta esa hora.
Llamé por teléfono a Gokul, nuestro agente
para ir al Tibet, y me dijo que su oficina estaba muy cerca de nuestro hotel, y
que me mandaba una persona a buscarnos. Hablamos en inglés, y le entendí que
había problemas para ir a Tibet por tierra, como era nuestro proyecto.
Vino una chiquita de su oficina y fuimos con
ella unos 200 metros, y conocimos a Gokul. Nos explicó que ha nevado mucho
estos últimos días y está cerrada la frontera. Recién mañana vamos a saber si
el camino está habilitado. Si no es así, tendremos que modificar el plan
original e ir en avión. Llenamos un formulario y le dejamos nuestros pasaportes
para tramitar la visa de Tibet.
Volvimos al hotel y el gerente nos explicó
las actividades que vamos a hacer estos días en Kathmandú. Estábamos
hambrientas, y habíamos visto una pizzería en la misma cuadra del hotel, así
que fuimos a comer tres pizzas, exquisitas, y tomamos cerveza marca Everest.
Regresamos al hotel a las seis de la tarde.
Hacía mucho frío en el cuarto, tomamos café, y recién a las ocho menos cuarto
volvió la luz y pudimos prender el split.
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