Sábado 11/1/2014. Me levanté temprano y
desayuné porque a las 7,30 nos venían a buscar a Ana, a Julio y a mi, que
tomábamos el mismo avión a Madrid. Ellos ya se volvían a BA.
Muchísima niebla en el camino al aeropuerto,
pero a las 11,30 cuando salió el avión ya se habia disipado. Un vuelo muy tranquilo
de unas cinco horas. Recuperé mi valija, pasé Migraciones y tomé el metro.
Tenía estudiado el itinerario y llegué a la Puerta del Sol en cuarenta minutos. Encontré mi
hostal, que es sencillo pero muy bien ubicado, a 50 metros de la plaza y con wifi
libre (en Jordania me cobraban cada día la conexión).
Dejé mis cosas y salí a caminar, eran las
seis de la tarde y todavía era de día. La Puerta del Sol estaba llena de gente, un árbol de
Navidad gigante, estatuas vivientes, músicos callejeros y Mickey, Bob Esponja y
muchos otros personajes.
Caminé un rato y después fui al KFC que está
a 30 metros de mi hostal. Cuando salí ya era de noche y volví, fue un día muy
cansador.
Domingo 12/1/2014. Me desperté a las 7 y
todavía era de noche. Salí a las 8,30 y apenas era de día, había gente en la
calle pero la mayoría de los negocios estaba cerrado. Me fui a desayunar al
McDonalds que estaba abierto. De allí caminé hasta la Plaza Mayor.
Pregunté cómo llegar a El Rastro y me indicaron. Sabía que estaba muy cerca de allí porque me lo había dicho Elena, la madrileña que conocí en Jordania.
Paseé un buen rato por El Rastro, donde venden ropa, zapatos, muebles y antigüedades.
En un puesto, la bandera republicana:
Volví a
Volví a salir para ver la Cuesta de Moyano, donde hay librerías de viejo, de las que siempre habla Perez Reverte en su blog. Caminando hacia allí vi un carrillón con una orquesta porque eran justo las doce.
Pasé por el Museo del Prado, donde está la enorme estatua de Velázquez y llegué a
Desde allí fui al Museo Reina Sofía. Vi el Guernica, enorme e impresionante por lo que significa, y también otros cuadros de Picasso, Miró, Dalí y Juan Gris, y descubrí a Angeles Santos, una artista que no conocía y cuyas obras me gustaron mucho.
Cuando salí del museo encontré un KFC, así
que comí allí. Volví al hostal a descansar porque me dolían las piernas de
tanto caminar. Pero antes tomé un café en La Mallorquina, que está aquí muy cerca, y no pude resistirme a un bollo con chocolate.
Más tarde volví a salir para comprar una bebida, no tenía hambre. Lloviznaba y hacía mucho frío, pero la Puerta del Sol estaba llena de gente.
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