viernes, 10 de enero de 2014

VIAJE A JORDANIA, ESPAÑA Y MARRUECOS - VIAJE AL ESTE Y ULTIMO DIA EN AMMAN

Viernes 10/1/2014. Hoy dormí hasta más tarde, porque salíamos recién a las 9,30. Desayuné muy rico, sobre todo el yogur griego, que en árabe llaman “lapné”. Desde la ventana de mi cuarto se ve una casa muy bonita (es raro en Amman porque en general la arquitectura es pobre), y la piscina del hotel.




A las 9 ya estaba lista así que me fui a dar una vuelta manzana. Muy poca gente, el viernes para los musulmanes es como el domingo en occidente, el día de descanso.


Llegó nuestro guía Ibrahim y tomamos la Autovía del Este que va a Irak. Eramos sólo tres, la pareja de La Plata, Julio y Ana, y yo. Hoy estaba nublado y llovió de a ratos.


Hicimos unos 85 km para ver dos castillos del desierto. El primero de ellos, el Castillo Kharana, era una parada de caravanas.




A 20 km de allí (y a sólo 250 km de la frontera con Irak) vimos otro castillo, Amra, con dibujos en las paredes interiores y baños, era algo así como un spa.




Volvimos a Amman por la misma Autovía del Este. Se ven los cables de alta tensión que llevan energía a Irak.


Pasamos por la cárcel y por el puente colgante tan bonito que ya vi otras veces.



Dejamos a Julio y a Ana en el hotel y yo fui con Ibrahim y el conductor a un restaurante que se llama Don Quijote. Trajeron ensalada, hummus, pasta de berenjenas, empanada de queso y albóndiga de carne, y unos panes inflados con semillas, y después pollo y kebab con papas fritas, pimiento, cebolla y tomate. Una exageración.



Más tarde trajeron una fuente con manzanas, bananas y naranjas. Las naranjas tenían un aspecto hermoso, tomé una con la mano y la olí, y tenía un perfume delicioso (adoro las naranjas). Ibrahim me dijo que eran del Valle del Jordán, y me preguntó si quería que el mozo me pelara una. Le dije que sí, e hizo esta preciosura:


La naranja era exquisita.
Como esta tarde no había actividades programadas Ibrahim me sugirió ir a ver el Teatro Romano. Me dio dos papelitos donde me escribió en árabe (de derecha a izquierda) “Teatro Romano” en uno y la dirección del hotel en otro, porque tenía que ir y venir en taxi. Me dijo que el taxi me iba a cobrar entre 3 y 5 dinares cada viaje.
Me dejó en algún lugar de Amman, paré un taxi amarillo y le di el papelito. El taxista me cobró 2,20 dinares, me dejó enfrente de una gran plaza y me indicó que cruzara. Entré a la plaza y pregunté a un hombre que estaba con su hijita dónde estaba el Teatro Romano y me indicó. Primero entré en un anfiteatro y pensé que era ése, pero cuando salí de allí vi enfrente el inmenso teatro.






Pagué la entrada de un dinar. Había varias personas paseando y subíendo por las gradas. Allí mismo había un pequeño museo donde mostraban vestimentas típicas, vasijas y joyas, pero no estaba muy cuidado. El guardián del museo me preguntó de dónde venía, y cuando le dije que era argentina me empezó a contar cuánto le gustaban el futbol y Messí. Dejó su puesto para mostrarme personalmente el museo. Los jordanos son muy amables y conversadores.
En la puerta del Teatro Romano había un Tourist Policeman, le pregunté cómo ir al Zoco de Amman y me indicó. Fui caminando y me encontré con un inmenso mercado callejero donde vendían ropa, zapatos, comida, celulares, electrodomésticos, pollos, conejos y gansos vivos y todo cuanto uno pueda imaginarse, hasta yerba mate.





Caminé un rato largo por varias calles. Todos gritan, supongo que ofreciendo sus productos. Por supuesto que me perdí, pero por milagro aparecí otra vez en la gran plaza frente al Teatro Romano.



Tomé otro taxi amarillo y le di el papelito con la dirección del hotel en árabe. Amman es una ciudad inmensa, y es un poco inquietante tomar un taxi y no tener idea por dónde está yendo, pero llegué bien. Cuando paró frente al hotel el taxímetro marcaba 2,96 dinares. Le di un billete de 5 dinares y me devolvió uno. Le mostré con la mano que 5 menos 3 es dos, y me dio otro dinar.
En este momento son las 6 de la tarde, noche cerrada en Amman, y escucho el llamado a la oración de alguna mezquita cercana, de las tantas que hay aquí. Es el quinto y último llamado del día: a las 5, 11.30, 14.30, 16,45 y 18 llaman a los fieles a rezar.

1 comentario:

  1. muy interesante, m ayudio mucho tus fotos y poder conocer la ciudad
    saludos

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