Sábado 7/1/2017. En Buenos Aires hacía mucho calor y yendo hacia el aeropuerto se veían relámpagos. El vuelo salia a las 23,20, y desde esa hora hasta las 2 de la mañana estuvimos en la pista esperando que permitieran despegar por la tormenta eléctrica. Llovía mucho.
Domingo 8/1/2017. En dos horas llegó a San Pablo, bajó la mayoría de la gente y entraron a limpiar el avión. Subió otra vez mucha gente y se volvió a llenar. Tardó lo que me pareció una eternidad en llegar a Doha, en Qatar, pero en realidad fueron unas quince horas. Iba atrasado por la demora en Buenos Aires, y temí no llegar a tiempo, pero todo salió bien.
Lunes 9/1/2017. El vuelo Doha - Delhi era una pavada de tres horas y media, y llegó a las 8 de la mañana. La pista era todo niebla.
Aunque dormí bastante en los dos vuelos tenia un gran cansancio. El trámite de completar la visa que pedi por Internet fue rápido y fácil, y mi valija estaba allí a pesar de la demora del vuelo.
En el aeropuerto me estaba esperando Viki (se escribirá así?) y me trajo al mismo hotel donde estuve en 2013.
Saliendo del aeropuerto se veía así la niebla:
Tengo que acostumbrar mi oído al acento indio y no es sencillo, con tanto cansancio. Recién el miércoles a la mañana podré volar a Chennai, y quedamos en que mañana viene a buscarme a las 10,30 para ir a pasear por la ciudad. Hoy solo quiero descansar.
Me acosté y dormí cinco horas. Un baño y quedé como nueva. Me sentí tan bien que me aventuré a salir a caminar por Arakshan Road, una verdadera locura.
Una calle angosta de doble mano, donde autos, motos y tuc tucts estacionan donde quieren, tocan bocina todo el tiempo y milagrosamente no atropellan a los cientos de personas -casi todos hombres- que caminan.
Resistí unas cinco o seis cuadras y volví.
Mi hotel Grand Gowin, sobre Arakshan Road, tiene un bar que estoy casi segura que no existía en 2013. Comí pizza y jugo de mango en botella, mi última comida había sido esta mañana en el avión a Delhi y tenia hambre. Tomé un café y compré agua mineral para tomar y lavarme los dientes. Y esto fue todo por hoy.
Domingo 8/1/2017. En dos horas llegó a San Pablo, bajó la mayoría de la gente y entraron a limpiar el avión. Subió otra vez mucha gente y se volvió a llenar. Tardó lo que me pareció una eternidad en llegar a Doha, en Qatar, pero en realidad fueron unas quince horas. Iba atrasado por la demora en Buenos Aires, y temí no llegar a tiempo, pero todo salió bien.
Lunes 9/1/2017. El vuelo Doha - Delhi era una pavada de tres horas y media, y llegó a las 8 de la mañana. La pista era todo niebla.
Aunque dormí bastante en los dos vuelos tenia un gran cansancio. El trámite de completar la visa que pedi por Internet fue rápido y fácil, y mi valija estaba allí a pesar de la demora del vuelo.
En el aeropuerto me estaba esperando Viki (se escribirá así?) y me trajo al mismo hotel donde estuve en 2013.
Saliendo del aeropuerto se veía así la niebla:
Tengo que acostumbrar mi oído al acento indio y no es sencillo, con tanto cansancio. Recién el miércoles a la mañana podré volar a Chennai, y quedamos en que mañana viene a buscarme a las 10,30 para ir a pasear por la ciudad. Hoy solo quiero descansar.
Me acosté y dormí cinco horas. Un baño y quedé como nueva. Me sentí tan bien que me aventuré a salir a caminar por Arakshan Road, una verdadera locura.
Una calle angosta de doble mano, donde autos, motos y tuc tucts estacionan donde quieren, tocan bocina todo el tiempo y milagrosamente no atropellan a los cientos de personas -casi todos hombres- que caminan.
Resistí unas cinco o seis cuadras y volví.
Mi hotel Grand Gowin, sobre Arakshan Road, tiene un bar que estoy casi segura que no existía en 2013. Comí pizza y jugo de mango en botella, mi última comida había sido esta mañana en el avión a Delhi y tenia hambre. Tomé un café y compré agua mineral para tomar y lavarme los dientes. Y esto fue todo por hoy.
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