Viernes 28/1/2017. En el desayunador del hotel muchas mujeres con sari y niños. Todos comen comidas indias raras, yo sólo tostadas y papaya.
En todos los baños de los hoteles hay un balde así con una jarra, que no recuerdo haber visto en el norte, no les gustará la ducha?
A las 9,30 salí a la puerta para esperar a Prabhu y pasó una mujer manejando una moto vestida con burka, solo se le veían los ojos. India me sorprende todos los días.
Salimos hacia Belur, localidad que queda a 38 km de Hassan, a visitar el Chennakeshara Temple.
Hay un templo principal en el centro del predio y varios secundarios alrededor. Me saqué las sandalias pero me puse las medias que me compré ayer, caminar en la piedra con medias es mucho menos desagradable que caminar descalza.
En los templos de alrededor se repiten las figuras de elefantes y las columnas.
Pero es el templo principal que está en el centro lo más espectacular. Todas las paredes exteriores están talladas en la piedra, con figuras de personas y animales, es asombroso el grado de detalle.
La primera fila empezando de abajo es una hilera de elefantes que rodea todo el edificio:
Más arriba, hay tallados agujeros que permiten que entre luz natural al interior:
De allí hicimos 16 km hasta Halebid, donde está el Hoysaleswara Temple, del mismo estilo pero aún más espectacular, porque es más grande tanto el templo como el predio.
Acá había más gente, grupos de visitantes y chicos de colegio. Unos adolescentes me pidieron sacarse fotos conmigo, soy muy exótica.
Dos enormes vacas de piedra custodian el lugar:
Un grupo de chicas adolescentes de un colegio tenian un uniforme similar al conjunto que usan muchas jóvenes: pantalón, chaqueta larga hasta las rodillas y chal.
Ambos templos fueron construidos en el siglo XII por el Rey Vishnuvardhan de la dinastia Hoysala que gobernaba la zona, con una piedra similar al granito.
Cuando salí del templo de Halebid, y logré sacarme de encima a un hombre que insistía en venderme un elefantito de piedra, al principio a 750 rupias y al final a 200, volvimos a Hassan.
El camino es muy bonito, hay algunas elevaciones y palmeras y más palmeras, como en Kerala.
Fuimos al centro de la ciudad buscando el Domino's Pizza, pero no lo pudimos encontrar. Finalmente entré en un supermercado y me compré un bloque de queso, galletitas saladas y jugo de naranja.
En todos los baños de los hoteles hay un balde así con una jarra, que no recuerdo haber visto en el norte, no les gustará la ducha?
A las 9,30 salí a la puerta para esperar a Prabhu y pasó una mujer manejando una moto vestida con burka, solo se le veían los ojos. India me sorprende todos los días.
Salimos hacia Belur, localidad que queda a 38 km de Hassan, a visitar el Chennakeshara Temple.
Hay un templo principal en el centro del predio y varios secundarios alrededor. Me saqué las sandalias pero me puse las medias que me compré ayer, caminar en la piedra con medias es mucho menos desagradable que caminar descalza.
En los templos de alrededor se repiten las figuras de elefantes y las columnas.
Pero es el templo principal que está en el centro lo más espectacular. Todas las paredes exteriores están talladas en la piedra, con figuras de personas y animales, es asombroso el grado de detalle.
La primera fila empezando de abajo es una hilera de elefantes que rodea todo el edificio:
Más arriba, hay tallados agujeros que permiten que entre luz natural al interior:
De allí hicimos 16 km hasta Halebid, donde está el Hoysaleswara Temple, del mismo estilo pero aún más espectacular, porque es más grande tanto el templo como el predio.
Acá había más gente, grupos de visitantes y chicos de colegio. Unos adolescentes me pidieron sacarse fotos conmigo, soy muy exótica.
Dos enormes vacas de piedra custodian el lugar:
Un grupo de chicas adolescentes de un colegio tenian un uniforme similar al conjunto que usan muchas jóvenes: pantalón, chaqueta larga hasta las rodillas y chal.
Ambos templos fueron construidos en el siglo XII por el Rey Vishnuvardhan de la dinastia Hoysala que gobernaba la zona, con una piedra similar al granito.
Cuando salí del templo de Halebid, y logré sacarme de encima a un hombre que insistía en venderme un elefantito de piedra, al principio a 750 rupias y al final a 200, volvimos a Hassan.
El camino es muy bonito, hay algunas elevaciones y palmeras y más palmeras, como en Kerala.
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