Lunes 30/1/2017. A las 7 ya estaba lista, tomé un café y comi unas tostadas y papaya. A las 7,30 salimos para el aeropuerto. El vuelo a Varanasi salia a las 11,25, pero el aeropuerto está a 50 km del hotel y el tráfico es una locura. Tardamos más de una hora en llegar.
Pasamos por un puente colgante.
8 de la mañana de lunes en Bangalore, mucha gente en la calle.
En el aeropuerto de Bangalore hay filas separadas para hombres y mujeres en el control de seguridad, con un cubículo cerrado para las mujeres, será por la vestimenta tan complicada que usan?
El vuelo se retrasó, según dijeron por la niebla, y salió recién a las 12. A las 14,15 llegamos a Varanasi, última etapa de este viaje.
El avión paró cerca de la terminal. Bajé por una rampa por la puerta de atrás, y pasamos tranquilamente por debajo del ala. Incredible India.
Me estaba esperando un hombre enviado por mi agencia con un cartel con mi nombre. Me dijo que había una hora de viaje hasta el centro de la ciudad. Tiene un acento difícil de entender.
Cuando llegamos al centro me planteé si fue una buena decisión venir a Varanasi. Si todas las ciudades indias son caóticas y sucias, no he visto nada como esto.
Ya en el centro, mi conductor abrió la ventanilla y se puso a hablar en hindi con dos muchachos jóvenes. Me dijo que ellos me iban a acompañar caminando al hotel, porque no podía llegar con el auto. Le dije que no, que era él a quien habían mandado para que me llevara al hotel y que no iba a ir con ellos. Entonces estacionó, cada uno de los muchachos cargó con una de mis valijas y fuimos los cuatro caminando por unos callejones impresionantes hasta llegar al hotel, que es antiguo, no tiene ascensor y está justo sobre el Ganges. Los muchachos subieron las valijas hasta mi habitación en el segundo piso y les dí una propina.
Desde mi habitación se ve el Ganges.
Pero se ve mejor desde la ventana del palier.
Un rato más tarde vino un empleado del hotel a avisarme que había llegado mi guía, que se llama Sanjay y que habla inglés muy claro. Quedamos en que viene mañana a las 10 pero ya le dije que no estoy interesada en ir en bote a ver los gaths.
Después bajé por la escalinata y me acerqué al río.
Esta es la entrada de mi hotel.
Y así se ve el Ganges desde la entrada.
Tenía hambre, porque no habia comido nada desde el desayuno. Pedí un sándwich de queso, pero me olvidé de aclarar que solo quería pan y queso, le tuve que sacar el tomate y el pepino que le agregaron.
Pasamos por un puente colgante.
8 de la mañana de lunes en Bangalore, mucha gente en la calle.
El aeropuerto es montruosamente grande y tiene un parque muy cuidado, con riego por goteo. Me despedí de Prabhu, que fue mi guía y conductor por todo el sur. Hoy se vuelve a su casa, que queda a 350 km de aquí. Un muchacho joven buen conductor, responsable y eficiente, para recomendar (whatsapp +919786908330, e-mail joe.prabhu84@gmail.com) quien esté interesado le puede escribir en inglés, no habla español). Conoce bien todo el sur.
En el aeropuerto de Bangalore hay filas separadas para hombres y mujeres en el control de seguridad, con un cubículo cerrado para las mujeres, será por la vestimenta tan complicada que usan?
El vuelo se retrasó, según dijeron por la niebla, y salió recién a las 12. A las 14,15 llegamos a Varanasi, última etapa de este viaje.
El avión paró cerca de la terminal. Bajé por una rampa por la puerta de atrás, y pasamos tranquilamente por debajo del ala. Incredible India.
Me estaba esperando un hombre enviado por mi agencia con un cartel con mi nombre. Me dijo que había una hora de viaje hasta el centro de la ciudad. Tiene un acento difícil de entender.
Cuando llegamos al centro me planteé si fue una buena decisión venir a Varanasi. Si todas las ciudades indias son caóticas y sucias, no he visto nada como esto.
Ya en el centro, mi conductor abrió la ventanilla y se puso a hablar en hindi con dos muchachos jóvenes. Me dijo que ellos me iban a acompañar caminando al hotel, porque no podía llegar con el auto. Le dije que no, que era él a quien habían mandado para que me llevara al hotel y que no iba a ir con ellos. Entonces estacionó, cada uno de los muchachos cargó con una de mis valijas y fuimos los cuatro caminando por unos callejones impresionantes hasta llegar al hotel, que es antiguo, no tiene ascensor y está justo sobre el Ganges. Los muchachos subieron las valijas hasta mi habitación en el segundo piso y les dí una propina.
Desde mi habitación se ve el Ganges.
Pero se ve mejor desde la ventana del palier.
Un rato más tarde vino un empleado del hotel a avisarme que había llegado mi guía, que se llama Sanjay y que habla inglés muy claro. Quedamos en que viene mañana a las 10 pero ya le dije que no estoy interesada en ir en bote a ver los gaths.
Después bajé por la escalinata y me acerqué al río.
Esta es la entrada de mi hotel.
Y así se ve el Ganges desde la entrada.
Tenía hambre, porque no habia comido nada desde el desayuno. Pedí un sándwich de queso, pero me olvidé de aclarar que solo quería pan y queso, le tuve que sacar el tomate y el pepino que le agregaron.
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