Lunes 29/1/2018. Ya van más de quince días de viaje y estoy cansada. Hoy me quedé dormida y me desperté a las 7. Teníamos que irnos a las 7,40, así que tuve que bañarme, cerrar la valija y desayunar corriendo.
Anduvimos por autopista cerca de dos horas y llegamos al santuario shintoista de Kotohira. Había que subir 785 escalones para verlo. Calculo que subí cerca de la mitad y volví, no vine acá a jugar competencias.
En todos lados hay estos dispensers de bebidas, es complicado identificarlas, todo está escrito en japonés.
Hacia frio. De vuelta en el bus, otro rato en la autopista y llegamos a un jardín japonés muy bonito, que recorrimos durante cerca de una hora. El guía compró unas galletas y les dimos de comer a las carpas que había en el lago. Eran muy grandes y de diferentes colores.
Del jardín fuimos caminando a comer. Era un restaurante japonés pero con sillas, y no habia que sacarse los zapatos. Tomé cerveza, y comi un pedacito de tortilla, tres pedacitos de pollo, mi naranja y la de Gareth.
Otra vez al bus y bajamos a ver el puente Naruto, que cruza lo que ellos llaman el mar interior, que es el espacio entre las distintas islas. Habia mucho viento. Hay una senda peatonal debajo de las vías para vehículos y la recorrimos. Cada tantos metros, hay un piso transparente y se ve el mar 450 metros más abajo. Impresionante.
Estábamos a media hora de distancia de la ciudad de Tokushima, donde dormimos hoy. Nos acomodamos en el JR Hotel Clement, que está en pleno centro.
A las 7,20 debíamos estar nuevamente en el lobby para ir a ver un espectáculo de danza, pero decidí no ir y descansar. Fui al Seven Eleven que está justo enfrente y compré provisiones porque mañana vamos al monasterio budista y la comida es macrobiótica.
Anduvimos por autopista cerca de dos horas y llegamos al santuario shintoista de Kotohira. Había que subir 785 escalones para verlo. Calculo que subí cerca de la mitad y volví, no vine acá a jugar competencias.
En todos lados hay estos dispensers de bebidas, es complicado identificarlas, todo está escrito en japonés.
Hacia frio. De vuelta en el bus, otro rato en la autopista y llegamos a un jardín japonés muy bonito, que recorrimos durante cerca de una hora. El guía compró unas galletas y les dimos de comer a las carpas que había en el lago. Eran muy grandes y de diferentes colores.
Del jardín fuimos caminando a comer. Era un restaurante japonés pero con sillas, y no habia que sacarse los zapatos. Tomé cerveza, y comi un pedacito de tortilla, tres pedacitos de pollo, mi naranja y la de Gareth.
Otra vez al bus y bajamos a ver el puente Naruto, que cruza lo que ellos llaman el mar interior, que es el espacio entre las distintas islas. Habia mucho viento. Hay una senda peatonal debajo de las vías para vehículos y la recorrimos. Cada tantos metros, hay un piso transparente y se ve el mar 450 metros más abajo. Impresionante.
Estábamos a media hora de distancia de la ciudad de Tokushima, donde dormimos hoy. Nos acomodamos en el JR Hotel Clement, que está en pleno centro.
A las 7,20 debíamos estar nuevamente en el lobby para ir a ver un espectáculo de danza, pero decidí no ir y descansar. Fui al Seven Eleven que está justo enfrente y compré provisiones porque mañana vamos al monasterio budista y la comida es macrobiótica.
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