Viernes 26/1/2018. Salimos de Jeonju a las 8. En el desayuno del hotel JS la mayor parte de la comida era coreana, sólo tomé café con tostadas y manteca.
Fuimos hacia el sur a visitar un templo budista en la montaña. Esta es una zona de bosques y montañas.
Tuvimos que caminar al aire libre y subir varias escaleras con un frio demencial para ver la tripitaka, enseñanzas de Buda esculpidas en madera que se conservan allí. Ni saqué fotos para no sacarme los guantes. Hacia casi -18 grados.
A las 11 de la mañana entramos en el comedor de los monjes para comer. Buffet de sopas y vegetales que por supuesto obvié. La comida no debía ser rica, porque los demás no comieron todo. Los platos eran blancos y muy grandes.
Desde allí emprendimos el camino de dos horas por autopista a Busan, donde esta noche tomaremos el barco a Japón.
Busan es la segunda ciudad de Corea y su principal puerto, y tiene ocho millones de habitantes.
Tzu nos llevó a ver el mercado de pescado, donde se venden vivos, y después a lo que él llamó aparatosamente "mercado internacional", que era sencillamente una calle comercial en la ciudad.
Aconsejó comprar provisiones porque dijo que en el barco no vendían nada. Compré algunas galletas y chocolates, pero he tomado más de un ferry y sé que venden de todo.
Llegamos a la Terminal de ferries a las 3 de la tarde. Pero vi en en los carteles que el barco llamado Geonghee que iba a Shimonoseki en Japón salía a las 9 de la noche y que se podía hacer el check in a partir de las 6,10.
Tzu dijo que se había equivocado con el horario pero creo que no fue así. El volvía a su casa en el tren de alta velocidad y no quería perderlo.
Así que esperamos pacientemente las 6 de la tarde y subimos al barco. Nos dieron el camarote 212. El calor dentro del camarote era infernal, y no encontramos forma de regularlo. Había shampoo y toallas de mano, pero no de baño. Fui a pedir y me dijeron que no tenían, me dieron una más de mano. Me bañe con dos de esas toallitas. El barco salió puntual a las 9 de la noche. Son solo 245 km desde Busan hasta Shimonoseki, pero iba muy despacio. Pensé que no me iba a poder dormir porque se movía bastante, pero finalmente me quedé dormida.
Fuimos hacia el sur a visitar un templo budista en la montaña. Esta es una zona de bosques y montañas.
Tuvimos que caminar al aire libre y subir varias escaleras con un frio demencial para ver la tripitaka, enseñanzas de Buda esculpidas en madera que se conservan allí. Ni saqué fotos para no sacarme los guantes. Hacia casi -18 grados.
A las 11 de la mañana entramos en el comedor de los monjes para comer. Buffet de sopas y vegetales que por supuesto obvié. La comida no debía ser rica, porque los demás no comieron todo. Los platos eran blancos y muy grandes.
Desde allí emprendimos el camino de dos horas por autopista a Busan, donde esta noche tomaremos el barco a Japón.
Busan es la segunda ciudad de Corea y su principal puerto, y tiene ocho millones de habitantes.
Tzu nos llevó a ver el mercado de pescado, donde se venden vivos, y después a lo que él llamó aparatosamente "mercado internacional", que era sencillamente una calle comercial en la ciudad.
Aconsejó comprar provisiones porque dijo que en el barco no vendían nada. Compré algunas galletas y chocolates, pero he tomado más de un ferry y sé que venden de todo.
Llegamos a la Terminal de ferries a las 3 de la tarde. Pero vi en en los carteles que el barco llamado Geonghee que iba a Shimonoseki en Japón salía a las 9 de la noche y que se podía hacer el check in a partir de las 6,10.
Tzu dijo que se había equivocado con el horario pero creo que no fue así. El volvía a su casa en el tren de alta velocidad y no quería perderlo.
Así que esperamos pacientemente las 6 de la tarde y subimos al barco. Nos dieron el camarote 212. El calor dentro del camarote era infernal, y no encontramos forma de regularlo. Había shampoo y toallas de mano, pero no de baño. Fui a pedir y me dijeron que no tenían, me dieron una más de mano. Me bañe con dos de esas toallitas. El barco salió puntual a las 9 de la noche. Son solo 245 km desde Busan hasta Shimonoseki, pero iba muy despacio. Pensé que no me iba a poder dormir porque se movía bastante, pero finalmente me quedé dormida.
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