sábado, 6 de agosto de 2016

VIAJE A ISLANDIA Y BATH - DE BUENOS AIRES A REYKJAVIK

Jueves 21/7/2016. Mucha gente en Ezeiza y mucha en Nueva York, diez horas después. Los que llegamos de Buenos Aires tenemos que retirar la valija en Nueva York aunque estemos en tránsito y pasar nuevos controles de equipaje, no confían en nosotros.

Viernes 22/7/2016. Tomé el vuelo a Londres, que iba semivacio, y llegó en poco más de seis horas, pero estuve más de una hora en la fila de Migraciones para entrar al país.  




Recién a las once de la noche tomé el bus que me llevó al Hotel Ibis Heathrow, y me fui a dormir.


Sábado 23/7/2016. Me desperté a las siete y desayune con frutas, tostadas y queso. A las 9 tomé otra vez el Hoppa Bus a la Terminal 2, de donde sale el vuelo a Reykjavik, Islandia. Salió a las 13,10 y llegó en dos horas y media a Keflavik, donde está el aeropuerto internacional. El oficial de Migraciones me dijo que no veía por lo general pasaportes argentinos y se entretuvo mirando los sellos y las visas del mio.




Cartel en el aeropuerto de Keflavik para compradores compulsivos:


En el aeropuerto cambié euros por coronas islandesas, un euro equivale a 130 Isk.


Yo había entendido que me iban a ir a buscar, pero no había nadie, hablé con mi agencia española y tenía que tomar el Flybus a Reykjavik y así lo hice. Me dejó en el Hotel Radisson Saga. Es un hotel muy grande y no es de los que elijo cuando viajo por mi cuenta.


Caía una leve llovizna, pregunté por el bus turístico pero el último salía 16,30 y ya era tarde. Me fui caminando a ver el lago y la iglesia enorme y moderna que se ve desde toda la ciudad, la Hallgrimskirkja. Es luterana y muy despojada por dentro.







Había muy poca gente en la calle y todos turistas. Volví al hotel y comí un sándwich. A las 11 de la noche era pleno día.








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