Jueves 25/7/2013. Anoche llovía silenciosamente en Praga y esta mañana amaneció muy
nublado. Tenía pensado ir caminando a la estación de trenes, que es
relativamente cerca y tenía miedo de que lloviera. Con mi ticket podía tomar
cualquiera de los trenes del día a Viena, y decidí tomar el de las 10,39. Así
que desayuné, preparé mis cosas y me fui a la estación. Había estudiado el
camino pero en algún momento me equivoqué, de todas maneras llegué
relativamente fácil.
Soy audaz pero no tanto, tenía que hacer combinación y todos los nombres están en alemán.
Llegué hasta una plaza que se llama Albertina de donde salen los buses turísticos y averigüé para tomarlo mañana. Después fui para el otro lado y llegué a la Plaza de San Esteban, donde está la Catedral gótica.
Hay puestos callejeros que venden comida y bebidas y me compré una salchicha (de Viena de verdad) que tenía queso adentro.
No hacía tanto calor como ayer en Praga, había brisa y en un momento
lloviznó.
Justo debajo del hotel en la esquina hay un supermercado donde venden
frutas, verduras, bebidas y comida hecha. Tiene ascensor para bajar al
subsuelo, donde está la carnicería. Fui a curiosear y me compré una gaseosa,
aunque en Viena hay que tomar agua, porque la que sale de las canillas es de
manantial.
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