Viernes 19/7/2013. Después de desayunar salimos a recorrer Suzdal, que
según las guías es la más interesantes de las ciudades medievales de la zona.
Fuimos al Museo Etnográfico, al aire libre, donde se reconstruyeron
típicas casas de madera que había en la región en la
Edad Media , iglesias y molinos de viento.
Entramos en una de las casas, que tienen muebles y objetos de la época.
Escuchamos a una pareja, ella cantaba y él tocaba el guslin, un
instrumento muy antiguo de cuerdas.
En el museo hay una casa con un modelo que se repite permanentemente en las zonas rurales, todas con las tres ventanas al frente:
Cruzando el puente sobre el río llegamos al kremlin, y vimos el
Monasterio de San Eugenio y la
Catedral de la Transfiguración.
Las novias vienen a sacarse fotos al parque, vimos varias hoy.
En un campanario, justo a las 12, un hombre tocaba campanas, un
concierto de cinco minutos.
Comimos en un restaurante de madera y luego fuimos a Vladimir, que es
una ciudad cercana. Allí vimos la
Catedral de la
Asunción y la
Catedral de San Demetrio. Los rusos construyen iglesias por
pares.
Estas cúpulas son de estilo bizantino, no como las típicas rusas con forma de cebolla:
Me llama mucho la atención la medialuna en la base de la cruz, aunque los guías dicen que nada tienen que ver con los musulmanes, sino que representan la cruz como un ancla:
A las 4 de la tarde fuimos hacia Moscú. Las rutas no son buenas y hay
muchos embotellamientos. Estábamos a unos 200 km y tardamos casi cuatro horas.
En el camino muchos bosques, y algunos de abedules, que es un árbol de corteza blanca con manchas negras:
Moscú es una ciudad inmensa, con edificios enormes y muchísimo
tráfico.
Vinimos al Hotel Crowne Plaza, que es una ciudad. Tiene banco, muchos
restaurantes, un lobby gigante y supermercado, y hay que pasar las valijas por
un scanner al entrar. El lobby es monstruoso. Para compensar hay wifi en todos
lados. Llueve en Moscú.
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