miércoles, 22 de enero de 2014

VIAJE A JORDANIA, ESPAÑA Y MARRUECOS - DE FEZ A MEKNES Y MARRAKESH

Martes 21/1/2014. Después de desayunar salimos a las 8,30 con las valijas porque hoy nos íbamos a Marrakesh, previo paso por Meknes.
La visita a Meknes fue rapidita, supongo que porque es muy parecida a Fez, pero más pequeña. 


Nuestro guía Halami no es muy comunicativo ni simpático, y no quiso parar en la puerta Bab El Mansour, que significa la puerta del victorioso, sino que el ómnibus sólo pasó despacito por allí.


Paramos en un bar. En el ómnibus hacía frío y tomé un café. Siempre pido café americano, porque el común es muy fuerte, pero éste no parecía americano. Pedí que le pusieran más agua, pero seguía siendo fuerte.
Meknes es una ciudad baja, y sólo sobresalen los minaretes de las mezquitas, que aquí también son cuadrados.


El café me cayó muy mal.
De allí emprendimos los 500 km hasta Marrakesh, pasando por Rabat y Casablanca, ciudades que están en el itinerario pero más adelante. En Rabat hicimos una parada para almorzar en un shopping, pero me dolía la panza, y justo encontré el primer KFC que veo en Marruecos. Entré en el supermercado y me compré una Seven Up, que detesto, pero uso como remedio en estos casos.
Los campos en los costados de la autopista son muy verdes.


Llegamos a Marrakesh a las 6 de la tarde. Esta es una ciudad mucho mas europea que las que vi hasta ahora en Marruecos, la arquitectura es mucho más bonita y hay miles de palmeras por todos lados.


El hotel Atlas Asni es muy lujoso. Cuando entré supuse que iba a haber Internet. Me dieron la clave pero no pude conectarme. En la recepción me dijeron que no estaba funcionando bien. Evidentemente el wifi no es común en Marruecos, en Fez sólo podía conectarme en el lobby.
A las 19,30 bajé a cenar, ya se me había pasado el malestar y tenía hambre, no había comido nada desde el desayuno.
Mónica y Alicia me propusieron ir a la Plaza Jamaa el Fna, donde por las noches hay restaurantes al aire libre. Tomamos un taxi y fuimos. Es una plaza enorme, y había muchos puestos de comida, ropa y chucherías.

Paseamos una hora y volvimos en taxi al hotel. Cada vez hubo que regatear el precio con el taxista.

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