miércoles, 22 de enero de 2014

VIAJE A JORDANIA, ESPAÑA Y MARRUECOS - FEZ

Lunes 20/1/2014. Esto es lo que se ve de Fez desde mi balcón:



A las 7,45 salimos del hotel para hacer la visita a la ciudad con un guía local. Se llamaba Jalil y estaba vestido con una túnica con capucha que se llama shalaba y que es muy común en Marruecos. Le pregunté si le podía sacar una foto, y me dijo que solo no, así que le dí la cámara a otra argentina y me sacó la foto con él.


Vimos la entrada al palacio real.




Después entramos en la medina, que es la ciudad antigua.


Es un laberinto de callejuelas de más de 300 hectáreas, y a medida que se avanza es màs antigua, el núcleo del siglo IX. Jalil nos guió por el laberinto y vimos cosas sorprendentes. A medida que llegábamos más al centro las callejuelas se hacían más estrechas y oscuras, y las casas tenían menos ventanas.
Impresionante el contraste entre los pasadizos y los interiores.






Hay miles de negocios que venden todo lo imaginable. Entramos en un negocio de lámparas y estaban las de Aladino, sin genios.


Por todas partes aparecen mezquitas, todas con minaretes cuadrados y no redondos, porque dicen que los redondos son turcos y los turcos aquí no llegaron.



Entramos en otro negocio donde vendían puertas y muebles. Esta es una alacena para poner las especias, qué cocina hay que tener para tener una alacena de ese tamaño!


Los negocios por dentro eran verdaderos palacios, imposibles de imaginar desde afuera, Todos los interiores que vimos tenían un gran patio central con techo corredizo, paredes estucadas y azulejadas, puertas con increíbles arabescos. Entramos en una mezquita, increíblemente decorada.



Vimos desde afuera la universidad, donde se estudia teología (sólo para hombres). Había una fuente y varios se lavaban, como lo hacen siempre antes de la oración.


También vimos desde una terraza a los curtidores de cueros,algunos metidos hasta la cintura en los contenedores con líquido, y hace frío!!.


Vimos muchos negocios donde venden túnicas para novias.


También entramos en un negocio de alfombras, y desplegaron decenas para tentarnos.




Por último entramos en un negocio de ropa, de hombre y de mujer.


Por las calles hay mucha gente, algunos montados en burros.


Este chico caminaba delante de mí con una fuente de panes.


Esta es la puerta de la medina por la cual salimos.


Eran más de las dos de la tarde cuando volvimos al hotel. Quedé con Alicia y Mónica, otras dos argentinas que son primas y viajan juntas, en ir a la Ville Nouvelle, que es la parte nueva de la ciudad.
Desde mi balcón se veia a un hombre que lavaba autos en la calle y a la entrada de una ruta.


A eso de las cuatro salimos caminando y llegamos a una plaza que nos había indicado Jalil, donde con un trencito nos llevaron a la Ville Nouvelle, que es la parte nueva de la ciudad. Aquí todos hablan francés, porque Marruecos fue protectorado francés hasta 1956.





Cuando empieza a caer el sol hace mucho frío, y en el trencito nos congelamos. En el medio del paseo se subieron cuatro árabes con instrumentos musicales e hicieron mucho ruido.
Entramos en un bar a tomar un café para recuperarnos. En los bares no hay mujeres, son todos hombres.


Cuando salimos del bar Alicia y Mónica volvieron al hotel porque a la noche hay un espectáculo opcional de música árabe adonde ellas iban. Yo decidí no ir porque no me gustan esos espectáculos armados para turistas. Así que me fui al Carrefour que está aquí cerca para ver lo que la gente compra para su vida cotidiana. Venden especias sueltas y bolsas de harina de 10 kilos. Compré aceitunas en lata, pistachios y otras tonteras y volví. Por suerte había pedido una tarjeta con el nombre y dirección del hotel porque me perdí, y ya era de noche. Pregunté y me indicaron.
Más tarde bajé al restaurant a comer. Estaban las personas del grupo que no fueron al espectáculo. Comí pollo y maccaroni.


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