jueves, 31 de enero de 2013

VIAJE A INDIA, NEPAL Y TIBET - KATHMANDU


Miércoles 23/1/2013. A las 6 de la mañana me desperté y fui a desayunar sola. Había un grupo de vietnamitas que comían cantidad de huevos duros. Este desayuno fue mucho mejor que los de India: croissants y muffins además de las tostadas. Leí mi guía de Nepal y caminé por la cuadra hasta que las demás se despertaron.
A las 10 nos vino a buscar el conductor. Le pregunté el nombre y le pedí que lo deletreara pero le pidió a otro chico del hotel que lo escribiera, creo que no sabe escribir, y tiene unos 30 años!! Se llama Uddhav.
Fuimos al Templo Pashupatinah, mejor dicho a sus alrededores, porque al templo no pueden entrar los extranjeros. Hay un río no muy ancho pero muy contaminado. En las orillas creman los cadáveres. Vimos varias piras funerarias, todo bastante impresionante.





Los vendedores ambulantes son realmente insoportables. Alrededor de los templos hay miles de vendedores.
Volvimos a subirnos al auto y fuimos al Templo budista Boudhanath. El conductor, que era bastante tonto, nos explicó mal y caminamos varias cuadras para otro lado. Preguntando nos dimos cuenta que nos habíamos equivocado y volvimos. También aquí miles de vendedores ambulantes, monos, suciedad. Caminamos alrededor del templo en sentido horario, como hacen los budistas, e hicimos girar unos cilindros de metal como hacen ellos. Esta es una realidad completamente diferente, y sorprende.




Alrededor del Templo hay vendedores de ropa y souvenirs:


Los banderines de colores son peticiones que hacen los budistas. Los cuelgan en todos lados: en los caminos, en los techos de las casas y en los templos:



Cuando volvimos le dije a Uddhav que nos tenía que dar mejores explicaciones porque no le habíamos entendido. Me hizo cara de malo.
Otra vez al auto y al Swayambhu Temple, el Templo de los Monos, en una colina, desde donde se ve Kathmandú y las montañas. Esta vez Uddhav nos dejó justo en la puerta. Subimos muchas escaleras. Había mucha gente y monos por todos lados.


Estos son los cilindros de metal que dan vueltas y que están en todos los templos budistas. La gente pasa y hace girar uno por uno. Yo también lo hice:





Por último nos dejó en Basantapur, un barrio con mucho movimiento de gente y templos. Desde allí nos dijo que volviéramos caminando al hotel, nos indicó el camino y nos dijo que eran veinte minutos de caminata. En todos los lugares donde fuimos nos cobraron entradas, pero acá nos querían cobrar 750 rupias a cada una (o sea casi 10 dolares) simplemente por caminar por la calle. Me acerqué a la garita a preguntarle al policía otra vez porque no lo podía creer, pero era así. Nos pareció una estafa y empezamos a caminar para el lado del hotel. Después de unas cuadras decidimos tomar un taxi. Caminar por las calles de Kathmandú no es como caminar en cualquier calle de Buenos Aires: no hay veredas, las calles son angostas, y hay que tener cuidado con los autos y las motos, o sea que es bastante estresante.
Llegamos al hotel y nos fuimos otra vez a la pizzería de la cuadra, estábamos muertas de hambre. Hoy nos ofrecieron un postre de regalo. 


Tanto en la pizzería como en el hotel todos nos saludan y hablan con nosotras. En realidad nunca pasamos desapercibidas. En estas culturas cuatro mujeres solas, sin un hombre que las proteja, es una excentricidad. Y encima se dan cuenta de que nos divertimos.
Cuando salimos de la pizzería fuimos a la oficina de Gokul para arreglar el viaje a Tibet. Nos dijo que la frontera estaba abierta, que no podíamos ir en avión porque la visa era para ir por tierra, y que teníamos que dejar en Kathmandú parte de nuestro equipaje, porque en la 4x4 van el conductor, el guía y nosotras cuatro. Entonces él tiene que quedarse con parte de nuestro equipaje porque nosotros haríamos Lhasa-Kathmandú, Kathmandú-Delhi y Delhi-Buenos Aires todo seguido sin salir, en principio, de los respectivos aeropuertos. Nos mandaría las valijas al aeropuerto de Kathmandú. A todo esto nuestros pasaportes están en la embajada china en Kathmandú. Todo se empezó a complicar aceleradamente. Esta conversación fue en la oficina de Gokul casi a oscuras, porque durante diez horas por día no hay luz en la ciudad, y aparentemente hace varios años que esto es así. Los nepaleses parece que están acostumbrados.
Si mañana o pasado llegara a haber otra nevada, tendríamos que volvernos. Quedamos en volver a hablar mañana.
Volvimos al hotel pero antes pasamos por una panadería que yo había visto esta mañana temprano cuando salí a caminar. 
Esto es Thamel,. el barrio donde está nuestro hotel. Es un lugar con muchos negocios y hoteles:



En el cuarto tomamos café con facturas y hablamos. Decidimos no ir al Tibet, nos parece demasiado riesgoso.
Llamamos por teléfono a Gokul y quedamos en que él pasa mañana a las 8 por el hotel para terminar de decidir qué hacemos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario