Jueves 14/7/2011. Nos levantamos temprano, desayunamos y salimos puntuales a las 7,45. Pasamos rápidamente por Hanover, que es nueva porque fue destruida casi totalmente durante la guerra. Veredas muy anchas, bicisendas en las veredas marcadas con baldosas de otro color y mucho verde.
El único edificio antiguo es el Ayuntamiento, que está casi frente al hotel.
La ciudad es sede de exposiciones agrícolas y fue reconstruida en el período 1950-1960.
Salimos en el ómnibus a la autopista hacia el norte, y en dos horas llegamos a Hamburgo, que es la segunda ciudad de Alemania después de Berlín, el segundo puerto de Europa después de Rótterdam y noveno puerto del mundo en tráfico marítimo. Justo antes de llegar se atraviesa el Elbtunnel, 3 km de extensión cruzando por debajo el río Elba. Es un puerto fluvial, a 90 km del Mar del Norte. El Elba nace en la República Checa, pasa por Dresdner y desde allí es navegable. Hamburgo tiene una enorme zona restringida, al salir de la cual hay que pasar por la aduana.
Estos son los edificios del puerto:
Una panadería en la vereda:
Es una ciudad preciosa, con un gran lago en pleno centro, y canales que son brazos del río Elba.
Muchas calles peatonales, muchos negocios y el edificio gótico del Ayuntamiento, también reconstruido porque esta ciudad también fue destruida en gran parte durante la guerra.
La ciudad fue fundada en el siglo XI e integraba la Liga Hanseática, que era una asociación de comerciantes de la región.
Pasamos por el barrio de las embajadas, el financiero, la zona comercial frente al lago Alster y el barrio hot San Pauli, que funciona de 8 de la noche a las 8 de la mañana. Durante el resto del día es un barrio normal y tranquilo, con todos los cabarets y sex shops cerrados.
El bus paró en una estación cerca del centro y fuimos a caminar. Nos acercamos al lago Altser, a uno de los canales y al Ayuntamiento, edificio de estilo gótico reconstruido después de la guerra.
El río Elba tiene marea, por infuencia del Mar del Norte, y por eso algunos canales no tienen agua en determinadas horas del día. Hamburgo tiene 2,5 millones de habitantes. La ciudad es uno de los 16 estados de Alemania después de la reunificación y su nombre completo es Ciudad Libre y Hanseática de Hamburgo. En la ciudad hay grandes astilleros y la fábrica de Airbus.
Este es el enorme lago Altser, en el medio de la ciudad:
Y este el barrio San Paulí, de día:
El río Elba:
Una panadería en el área comercial, con variedades infinitas:
Pasamos por la Chilehaus, que es un edificio en forma de barco cerca del puerto, construido por un alemán que se hizo rico comerciando cobre. Muchísimos árboles no me dejaron sacar ninguna foto representativa, mirar en Internet este edificio, vale la pena. Debió ser reconstruido después de la guerra, esta zona fue bombardeada muchísimas veces por los aliados.
Flensburg es Alemania todavía pero sólo 5 km más al norte está la frontera con Dinamarca.
Flensburg es un pueblo encantador, con casitas de colores Tiene una marca de cerveza propia, que me hubiera gustado tomar, pero tomé café, porque hacía frío y lloviznaba.
A las 17,30 salimos para Arhus, donde dormimos esa noche, ya en Dinamarca.
Este es uno de los países más chiquitos de Europa, apenas 43000 km2. Lo forman la península de Jutlandia y más de 400 islas, de las cuales sólo 76 están habitadas. Ningún lugar en Dinamarca está a más de 50 km del mar. Los daneses pescan y exportan arenque a todo el mundo, crían cerdos y construyen barcos. Fabrican Acquavit, que es una bebida alcohólica muy fuerte resultado de la fermentación de la papa, que una vez embotellada va en barcos por un año a dar la vuelta al mundo antes de venderse. En Dinamarca, como en Suecia, Noruega y Finlandia, el alcoholismo es un problema social, y por eso los estados controlan la venta de alcohol, que no se vende libremente en los supermercados.
La península de Jutlandia es llana, muy verde a pesar de que no hay sol y llovizna todo el tiempo (y eso que es pleno verano). Muchos campos cultivados y algunos animales. En el camino vimos el canal Luzu, que comunica el Mar Báltico con el Mar del Norte, y un fiordo.
Nos acomodamos en el Hotel Scandic, nos conectamos a Internet y después fuimos a comer. Casi todo estaba cerrado, pero había una calle sobre un canal con restaurantes. Muchas bicicletas esperando a sus dueños:
Nos sentamos en una mesa en la vereda, con estufas de gas y mantas para cubrirse las piernas. Es verano pero hace frío, aunque algunos daneses andan en ojotas y remera.
Comí lasagna y tomé vino italiano rosé, caro pero exquisito. Dinamarca no está en zona de euro, circulan coronas danesas, que no teníamos. Al pagar con tarjeta de crédito, nos enteramos que cargan un 10% adicional por ser una ¨non danish card¨ En el medio de la ciudad hay un canal, en esta foto eran las 10 de la noche!
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