Lunes 1/8/2011. Nos
levantamos temprano otra vez y fuimos hasta Hackenscher Markt porque Bruni
quería comprar unos jabones. A la vuelta, entramos en un supermercado y
compramos anteojos de lectura y paraguas, mucho más baratos que en BA. Por
todas partes había panaderías con tortas y masitas de frutos rojos, como no me
podía comer todo, les saqué una foto:
Pedimos un taxi en el hotel
para ir a la estación de tren. Subimos al tren, en Leipzig hicimos trasbordo a
otro –que por suerte salía del andén contiguo, porque había sólo seis minutos
de diferencia entre el que llegaba y la salida del otro- y llegamos al
aeropuerto de Frankfurt. En el cristal que separaba el vagón, un cartel (de
led?) indicaba las estaciones, la hora y la velocidad del tren:
El tren tenía un bar
espectacular, y comí salchichas de Viena, que ellos llaman salchichas de
Frankfurt. El avión a Madrid salió puntual a las 19,20 y tardó 3 horas, de las
cuales dormí la mayor parte. En Barajas tuvimos que caminar un montón y tomar
un tren para llegar al otro avión que nos traería a BA, que debía salir a las
0,45 y recién salió a las 2,45. Cené en el avión y tomé vino pero no café para poder
dormir, estaba agotada. Aunque dormí muchas horas el viaje se hizo
interminable. En BA hace frio.
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