Jueves 28/7/2011. Desayuné sólo panqueques y salimos temprano hacia Kaunas, que es una ciudad lituana donde había una fortaleza que fue campo de concentración y exterminio. Afuera hay un gran parque y un monumento impresionante que recuerda el horror.
En los canteros del parque, tremendas telas de araña!
Tuvimos una visita guiada por el interior que fue muy larga y muy angustiante. Vimos las celdas, documentos y los cañones. Explicaban en inglés y nuestro guía José traducía, y eso alargó la visita. En un momento bajamos por una rampa resbalosa y húmeda, para llegar al bunker. Me costaba respirar bien ahí adentro, pero pensé que mucho peor la habían pasado las 80.000 personas que mataron allí, y me quedé.
Finalmente terminó, y paramos en la frontera con Polonia.
Allí cambiamos dinero –en Polonia la moneda es el zloti, entrará en zona del euro en 2012- y me compré una cerveza y unos maníes, no había ni siquiera sándwiches.
Hay suaves colinas en Polonia, no es tan llana como Lituania.
Empezó a funcionar el celular otra vez, entraron los mails y anduvo otra vez el GPS, que se habían cortado al entrar en Estonia.
Fuimos al Monasterio de Wigry, sobre un lago, donde estuvo Juan Pablo II, y después a Augustow, donde había sólo una calle peatonal. Comimos panqueques con dulce de arándanos, crema y salsa de chocolate y tomamos café. Habrán notado la sobredosis de panqueques, que es muy típico aquí y que me encantan.
Esta es Augustow:
Estuvimos dos horas parados en una ignota ruta de Polonia y le pusieron una multa al bus, según dijeron por no tener pagada una tasa. Me empecé a sentir mal, tenía una puntada en el estómago. Paramos en un kiosco en la ruta y compré agua. Llegamos a Varsovia a las 23,30. Durante la noche devolví y pude dormir. Fue una jornada muy larga, y muy penosa la visita a la fortaleza.
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